El acceso a Galicia por la provincia de Zamora, a través de la A-52, se convirtió ayer por la mañana en un suplicio para cientos de automovilistas que se vieron atrapados por la intensa nevada que afectó a la mayor parte de la península.

La nieve atrapa a cientos de vehículos en la A-52

Un agente de la Guardia Civil controla el tráfico en la A-52, a la altura de A Gudiña. (Foto: MARCOS ATRIO)
Por la noche había caído una fuerte nevada en buena parte de la provincia zamorana y al amanecer, pese a que no nevaba, la circulación por la A-52 a partir de Benavente era difícil.
Los vehículos tenían que aprovechar las roderas abiertas en la calzada por los que les precedían. Sin embargo, a las diez de la mañana la nieve volvía a hacer acto de presencia y a partir de la localidad de Mombuey la situación se agravaba. Turismos y camiones, en fila india, lograban avanzar entre nieve y niebla, hasta llegar a la altura de Puebla de Sanabria. Por el camino, un par de vehículos eran atendidos por las patrullas de la Guardia Civil de Tráfico, pues se habían salido de la calzada, a causa de las capa de hielo y nieve que se iba formando.

A la altura de la localidad de Puebla de Sanabria la autovía A-52 estaba totalmente intransitable en ambas direcciones y los agentes de Tráfico interrumpían la circulación en dirección a Ourense. Por los carriles del sentido contrario, Vigo-Madrid, no circulaba ningún vehículo.

Tras varios minutos de espera y algún susto, causado por turismos que no eran capaces de frenar y tiempo y esquivaban a duras penas a los vehículos detenidos, los agentes desviaban el tráfico y lo dirigían hacia la carretera N-525, hacia un área de descanso situada en las afueras de Puebla de Sanabria.

Eran las 11,00 horas y la Guardia Civil retenía a los camiones en esa zona, al tiempo que muchos turismos optaban por pararse y aguardar a que escampara. Al resto de los coches que deseaban continuar el viaje, un todoterreno de la Guardia Civil de Tráfico les abría paso por una espesa capa de nieve para conducirlos hacia otra entrada a la A-52, ya cerca de Requejo.

De vuelta en la autovía, a seguir la zona 'limpia' que la circulación iba dejando en la calzada, mientras persistía la nevada y las máquinas quitanieves lograban mantener abierta a duras penas la circulación por las portillas del Padornelo y la Canda.

Esta sería la imagen persistente a lo largo de los kilómetros que separan la provincia de Zamora de Ourense ciudad. Con altibajos en la intensidad de nieve y niebla y el trabajo de quitanieves y Guardia Civil, los vehículos conseguían abrirse paso hasta la capital de la provincia, aunque un viaje que habitualmente se hace en hora y media, ayer requería tres horas y media. Lo único positivo, que en todo el trayecto entre las portillas y Ourense únicamente un accidente, un camión que hizo la 'tijera' en el alto de Fumaces y quedó encajado en la mediana de la autovía.

Te puede interesar