Un matrimonio con dos niños de cuatro y cinco años relata cómo subsiste con la ayuda de 426 euros, que le termina en marzo

'Nosotros ya no salimos de casa ni siquiera para coger un bocata'

José Manuel y María con sus dos hijos, de 4 y 5 años, miran a la ciudad desde la ventana de su casa. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Matrimonio residente en Ourense, de 43 y 46 años, con dos hijos de 4 y 5. Son el retrato de la crisis que algunos ya despiden, pero que sigue apretando fuerte a muchas familias.
José Manuel y María (prefieren no dar sus apellidos) tenían trabajo y pensaban que su futuro estaba asegurado, hace escasamente cinco años. 'Yo trabajaba en la construcción y me iba bien, incluso me metí en la compra de una casa en Cataluña, donde trabajaba. Mi mujer llegó a tener una empresa de limpieza, como autónoma', explica José Manuel.

Pero todo cambió hace tres años: primero desaparecieron los trabajos, después tuvieron que instalarse en Ourense. 'Mi mujer conservó el seguro de autónomo para ver si la empresa de limpieza daba, pero no fue así', señala el marido. Un curso remunerado de ebanistería les salvó el primer año de ayuda familiar -'alcanzábamos los 900 euros'-, pero se acabó el curso y la ayuda, y ahora 'ya sólo quedan los 426 euros de mi mujer, con los que subsistimos desde hace dos años; en marzo se termina', explica el padre de familia, que quiere mantener la privacidad de los suyos.

De esos 426 euros, 318 se van en el alquiler y quedan poco más de 100 para el resto de gastos. 'Nosotros no salimos de casa ni para coger un bocata. El otro día, como algo excepcional, convencí a mi mujer de entrar en un bar a tomar un par de cafés y un zumo para los dos niños, y casi me mata con la mirada cuando vio que nos teníamos que gastar más de cinco euros', cuenta este padre de dos niños que estas Navidades tuvo que echar mano de 'un amigo, que tenía una grúa de juguete, un madelman y alguna otra cosa en el desván. Los limpiamos y se los pusimos en el árbol para que, por lo menos, tuvieran Reyes'.

Una de sus mayores preocupaciones en este momento 'es que uno de los niños, el mayor, que cumple ahora seis años, tiene una malformación en el paladar que le afecta a toda la boca y le estaban tratando en Cataluña gratuitamente, pero aquí no hay. La Xunta nos ha dado una ayuda de 1.000 euros, pero nos dicen que el tratamiento completo será de 6.000 como mínimo, y no sabemos qué hacer'. Es uno de esos gastos extra que pueden desequilibrar más de una economía, pero que se les hace imposible afrontar. De hecho, conservan un coche 'de hace ocho años' que no mueven para no gastar: 'El mío ya lo vendimos hace tiempo, como la moto, para pagar facturas'.

El tratamiento del niño no es el único flanco abierto, la hipoteca del piso que estaban comprando en Cataluña sigue pesando: 'Conseguimos en un primer momento prorratear los pagos, pero después ya no podíamos afrontarlos y tampoco nos aceptaban la dación en pago; ahora hemos pedido justicia gratuita y a ver si nos la conceden', expresa José Manuel, que reconoce que 'si no es porque tanto colegio como comedor de los niños lo tenemos gratis, sería imposible aguantar. Mi mujer y yo comemos sopa, arroz... una empanada nos dura dos días' y cuando se les pregunta por la ternera no pueden evitar una sonrisa, ni la huelen.

Las ayudas de Cruz Roja, 'alguna vez de Cáritas y también de mi madre, cuando puede -nunca más de 60 euros-', explica él, son balones de oxígeno para una familia que, con todo, no ha perdido el optimismo: 'Lo importante es estar unidos y, cuando salga la luz, agarrarse a ella como sea'. Un deseo para este 2014.

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