La gestión urbanística de Enrique Nóvoa cuando aún no ocupaba plaza de oposición puso el punto de inflexión en un pleno que hasta el momento había transcurrido de forma cordial. Era el turno de ruegos y el popular José Luis Sousa reclamó la realización de un informe sobre la labor de Nóvoa en el mencionado departamento, para acallar declaraciones desafortunadas de la actual edil de Urbanismo. Enrique Nóvoa se lo acabó exigiendo al alcalde porque, alegó, no va a permitir que se ponga en duda su honestidad.
Si fuera una película sería de las buenas, de esas en las que sorprende el desenlace de la historia. Toda la cordialidad que mantuvo la Corporación municipal durante el pleno se truncó al final. Los concejales del PP hicieron suyo el turno de ruegos y preguntas y en una retahíla de intervenciones en la que participó Rodríguez-Nóvoa, José Luis Sousa, Gómez Villar, José Araújo, Carlos Campos, Belén Iglesias y Enrique Nóvoa, se encendió una mecha que estalló por cuestiones urbanísticas.
El combate dialéctico lo inició José Luis Sousa. Trasladó al pleno un asunto que a su entender debería resolverse en la junta de área de Urbanismo pero donde no ha obtenido respuesta por lo que, sintiéndose ninguneado, lo presentó ayer como ruego: que el presidente de la mencionada junta de área emita un informe jurídico y técnico sobre la gestión urbanística del anterior alcalde, Enrique Nóvoa, para atajar, con documentación, las frecuentes declaracións imprudentes e pouco reflexivas de Áurea Soto (actual edil) sobre intervenciones en materia de urbanismo del anterior equipo de gobierno (PP). La aludida justificó la ausencia del informe en que llevarlo a la práctica implicaría que a metade do servicio de urbanismo se dedicase a satisfacerlo a él y colapsaría el departamento, aunque planteó hacer uso de un servicio exterior (pagado) para que lo realice.
Sousa no tuvo turno de réplica, pero Enrique Nóvoa tomó el relevo. Indignado por la intervención de Soto, aseguró que no va a permitir que nadie poña en dúbida a miña honestidade y exigió al alcalde que cumpla a lei e lle dea contestación a esa petición, indicando que para hacer el solicitado informe só se necesitan dúas horas. Francisco Rodríguez intervino para manifestarle sus disculpas si se había sentido ofendido y exigió respeto para evitar situacións de tensión que no conducen a nada. Se non, podemos ir por unha senda na que ninquén vai a ganar nada, sentenció.
El combate dialéctico lo inició José Luis Sousa. Trasladó al pleno un asunto que a su entender debería resolverse en la junta de área de Urbanismo pero donde no ha obtenido respuesta por lo que, sintiéndose ninguneado, lo presentó ayer como ruego: que el presidente de la mencionada junta de área emita un informe jurídico y técnico sobre la gestión urbanística del anterior alcalde, Enrique Nóvoa, para atajar, con documentación, las frecuentes declaracións imprudentes e pouco reflexivas de Áurea Soto (actual edil) sobre intervenciones en materia de urbanismo del anterior equipo de gobierno (PP). La aludida justificó la ausencia del informe en que llevarlo a la práctica implicaría que a metade do servicio de urbanismo se dedicase a satisfacerlo a él y colapsaría el departamento, aunque planteó hacer uso de un servicio exterior (pagado) para que lo realice.
Sousa no tuvo turno de réplica, pero Enrique Nóvoa tomó el relevo. Indignado por la intervención de Soto, aseguró que no va a permitir que nadie poña en dúbida a miña honestidade y exigió al alcalde que cumpla a lei e lle dea contestación a esa petición, indicando que para hacer el solicitado informe só se necesitan dúas horas. Francisco Rodríguez intervino para manifestarle sus disculpas si se había sentido ofendido y exigió respeto para evitar situacións de tensión que no conducen a nada. Se non, podemos ir por unha senda na que ninquén vai a ganar nada, sentenció.
