Mientras las vacaciones María José y Luis, vecinos de Ourense que viajaron con el Imserso a Benidorm, acababan con una pesadilla en el Aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández, las de Juana y Claudio empezaban con otra odisea en los Aeropuertos Rosalía de Castro (Santiago de Compostela), antes de llegar a su destino, Peñíscola.
El martes La Región habló con María José y Luis mientras estaban atrapados en el aeropuerto de Alicante porque su vuelo sufría continuos retrasos y nadie les daba explicaciones. Finalmente, consiguieron embarcar a las pasadas las 19:00 horas de la tarde, tras casi cinco horas de retraso.
La historia de los ourensanos Juana y Claudio también estuvo marcada por las incidencias desde que a su grupo, también de unas 50 personas, los recogieron en Ourense a las 10:30 horas. "Nos dejan en el aeropuerto y se van sin decirnos nada. El avión no salía hasta las 15:30 horas y no nos dan de nada de comer, nos dicen que no está incluido. Después nos enteramos de los de Lugo y Pontevedra salieron a la misma hora de sus ciudades y los llevaron a comer a un restaurante. Nos soltaron en el aeropuerto como ovejas, a esperar", explica Juana, que compartió el momento en su cuenta de Instagram, como puede verse en el vídeo.
"A los de Ourense nos tratan como a tercermundistas"
La peripecia no había hecho más que empezar. Una vez aterrizaron en el Aeropuerto de Valencia-Manises "nos subimos al autobús y la guía nos dice que ella no viene, que tiene que esperar a otro grupo", cuenta Juana, a lo que Claudio añade que "las guías no están preparadas. No nos dijo ni su nombre, ni cuánto tiempo teníamos de viaje hasta el hotel. Cuando llegamos al hotel hasta la propia persona de Recepción se sorprendió de que no viniese con nosotros la guía", dice Claudio al teléfono. "A los de Ourense nos tratan como a tercermundistas, aquí tenemos el último turno para comer, último turno para cenar...", se lamenta.
Veteranos de los viajes del Imserso, aseguran que "antes estaban mejor organizados. Lo de este año es una sorpresa. Había una guía con nosotros todo el rato, nos esperaban en el aeropuerto con un cartel identificativo. Ahora, nada", lamenta Juana. "Somos gente mayor. Si alguno necesitamos ayuda, ¿quién nos la presta?", responde Claudio.
"Pasé una ansiedad tremenda"
Remedios, que es de A Coruña y está con Juana y Claudio en Peñíscola, comparte también su experiencia desde el otro lado del teléfono, que todavía recuerda con angustia. A un grupo de diez vecinos de la ciudad herculina les cambiaron a solo una semana de viajar los billetes, pasando de volar desde Santiago a hacerlo desde A Coruña, a priori una buena noticia. Hasta que descubren que tiene escala en el aeropuerto de Madrid.
"Salí de casa a las 10:30 horas y llegamos a Valencia doce horas después. En Madrid no había nadie para indicarnos qué teníamos que hacer, a dónde ir, y el aeropuerto es inmenso. Éramos diez personas perdidas allí dentro. Me empezó a entrar una ansiedad tremenda, porque yo no conocía a nadie. Y, por supuesto, tampoco nos dieron de comer", critica Remedios. "Menos mal que somos mayores, pero de espíritu joven", dice Remedios intentando olvidar lo sucedido.
"No nos arruinó las vacaciones, pero nos dejó muy mal cuerpo. Te hacen sentir que no vales nada. Pero lo vamos a pasar bien, ¡ya se me pasó el cabreo!", dice Juana.
Otro grupo afectado
Además de grupos de los que formaban parte María José y Luis, y Juana, Claudio y Remedios, hubo otro grupo afectado.
Después de que una avería técnica impidiese a los primeros volver a Ourense, el avión, vacío, que se fletó para recogerlos era el mismo que debía llevar rumbo Alicante a un grupo de jubilados que esperaban en Santiago desde las 13:00 horas. Al final, acabaron saliendo también con retraso de Santiago de Compostela.
