Después de unas vacaciones de ensueño, una pesadilla de vuelta. Cerca de 50 ourensanos esperaban terminar un viaje del Imserso por Benidorm este martes, pero los continuos retrasos de su vuelo les han obligado a pasar toda la tarde en el aeropuerto.
En total, aproximadamente 150 gallegos se han visto afectados por este incidente en la línea entre Alicante y Santiago de Compostela. Al medio centenar de ourensanos se suma otro lucense y uno más de la capital autonómica.
Odisea en el aeropuerto
El avión debía despejar a las 15:20 horas del martes, pero tras facturar las maletas la guía del Imserso les informó de que había un retraso de una hora. Cuando pasaron el control de seguridad las pantallas informativas anunciaban que no saldría hasta las 20:00 horas. A media tarde, la hora de salida ya había pasado a las 22:10 horas.
Luis y María José son dos de los ourensanos que se encontraban en el Aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández, ellos decidieron tomarlo con humor: "Esto es como una aventura". Pero entienden que hay muchas otras personas que tienen más motivos para enfadarse: "Si llegamos a salir a las 22h, aún habría que llegar en autobús hasta Ourense, y la gente de las aldeas no tendría más manera que llegar a su casa en taxi".
Cuando ya empezaban a pensar, incluso, que iban a tener que hacer una noche más en Alicante, la compañía adelantó la hora de salida y a las 19:00 los subieron a todos en un autobús para tomar el vuelo. Con las prisas, y los nervios, casi costó encajar a los gallegos en el nuevo vuelo, pero finalmente lograron despegar aproximadamente a las 20:00 horas rumbo a su hogar.
¿Quién cubre los gastos?
Quienes hayan perdido conexiones para llegar hasta las localidades más remotas deberán asumir el gasto añadido de un taxi, y después reclamar. Lo mismo sucede con lo que han consumido durante esta espera: "Nos acaban de dar un vale por ocho euros, para un café y medio donut".
Luis asegura que esto no le estropea estas vacaciones en lo que para muchos es un paraíso, Benidorm: "Todo fue genial, la sorpresa vino al final". Eso sí, agradece el buen trato de las trabajadoras que atienden esta situación: "Han tenido mucha paciencia con la gente enfadada cuando no tienen culpa ninguna".
