La noche cayó sobre Ourense y las mujeres corearon sus derechos al unísono, con una misma voz. Este domingo no fue un día para quedarse en casa. Centenares de ourensanas salieron a las calles para demandar una sociedad mejor y más justa. Desde las niñas más pequeñas, a las mujeres más veteranas, que cargan con la experiencia de pelea por reconocer lo que era legítimo para ellas.
En un cambio de recorrido, desde la Subdelegación de Gobierno a la Praza Maior, pasando por Xoán XXIII o Progreso, Ourense se quedó pequeña para tantas mujeres que en un nuevo 8-M, Día Internacional de la Mujer, salieron de sus casas para reivindicar una sociedad mejor. Al grito de "a nosa loita é cada día" partieron en una marcha con un claro objetivo. "Estamos aquí para luchar por nuestros derechos, por la igualdad entre mujeres y hombres que nos merecemos", aseguraba Tamar Rodríguez, una de las asistentes.
Esta lucha no es solo de ellas. Los ourensanos también salieron a apoyarlas en esta pelea que no se termina en cada 8-M sino que continúa. "Tenemos que apoyarlas para que los poderes políticos las escuchen y tengan los mismos derechos que nosotros", decía uno de los asistentes. La educación es una de las cuestiones por las que se debe empezar para cambiar. "Ahí es donde debe estar la base del futuro, para que ellas sean iguales y puedan disfrutar de la misma tranquilidad que nosotros", afirma.
La violencia sexual estuvo presente durante toda la marcha al grito de "non é non" , que sirvió para tirar de otros lemas como "non é abuso, é violación". Una de las demandas más repetidas del movimiento feminista. "No hay una razón para que salgamos a la calle con miedo si es de noche, o preocuparnos cómo volver a casa al salir de fiesta", apunta Ana Gómez. Rodríguez destaca que no tiene por qué aguantar "que me silben como a un perro".
También hubo espacio para las mujeres que ya no están, víctimas de la violencia de género."Non son mortas, son asasinadas", gritaron para que el mundo las escuchara. Esta lacra, que termina con la vida de decenas de mujeres en España, se convirtió una vez más en la reivindicación de esta marcha.
Pero el feminismo no es cuestión de edad, es algo "transversal", según Sonia Pombar. "Alcanzar la igualdad de derechos es una lucha de todos, mujeres y hombres", señala. Esto se reflejó durante toda la marcha en la que, incluso las mascotas, lucían objetos morados en honor a las causa de millones de mujeres en el mundo.
Los más pequeños portaron sus pancartas con orgullo. Porque la igualdad comienza desde la educación. "Hay que implicarlos a todos desde que nacen, porque si los educas en igualdad, habrá hombre y mujeres que sean iguales", comenta Pomar. Uno de los ourensanos asistentes aseguraba que es la razón principal para "ayudar" a alcanzar esta equidad.
La experiencia es lo que lleva encima una de las asistentes más veteranas: "Ha cambiado mucho con respecto a mi juventud, se ha avanzado, pero todavía queda mucho camino". Esta cita es para ella un motivo que la impulsa a salir en este día: "Debemos luchar por las generaciones que vienen detrás".
Las reivindicaciones de la marcha fueron muchas: terminar con la brecha salarial, romper el techo de cristal o acabar con la lacra de la violencia de género. "Las mujeres trabajamos mucho, merecemos que sea en igualdad", enfatizaba una de las asistentes.
