Un año más, ya van 39, hubo ceremonia del recuerdo en el cementerio de San Francisco con motivo del aniversario de la muerte del escritor y periodista Eduardo Blanco Amor. Un año más, hizo frío el 1 de diciembre. Pero a unos cuantos les dio igual.
Hacía frío y había niebla el 1 de diciembre que murió Eduardo Blanco Amor hace 39 años. Y hace frío todos los 1 de diciembre cuando unos cuantos lo recordamos en el cementerio de San Francisco. Ayer, también .
Durante un tiempo, los alumnos del instituto que lleva el nombre del escritor , llevados allí por la profesora Enriquez Salido , y pocos más, celebraban la ceremonia del recuerdo. Más tarde las instituciones locales y, sobre todo, el Pen Club gallego, dirigido por el poeta Luis Tosar, tomaron la iniciativa y el acto se oficializó. Ayer éramos menos de los habituales otros años. Quizás porque a la misma hora la intelectualidad gallega homenajeaba a Alonso Montero en Vigo, o porque era sábado y hacía frío. ¡Cómo siempre!
Ana Somoza, Alba Falcón e Isabel Rodríguez Lada, alumnas del “Blanco Amor”, arropadas por unas cuantas profesoras, leyeron hermosos y bien leídos textos dedicados a Eduardo. Tosar, quien siempre esta muy atento a los desafectos , echó en falta, sin nombrarla, la representación de la editorial Galaxia, inexplicablemente poseedora de los derechos de autor de EBA (tema este que algún día habrá que retomar…).
Carmen Enríquez ,amiga y estudiosa del escritor, lo recordó como el hombre querido por sus amigos y el gran escritor en castellano que fue .Enríquez y el vicepresidente de la Diputación, Rosendo Luis Fernández, tuvieron palabras de reconocimiento para La Región por haber contribuido a que a su regreso de América se produjera su reencuentro con ese Ourense en el que temía no ser reconocido . La concejala de Cultura, Belén Iglesias, destacó la presencia de esta ciudad en la obra del escritor . Las principales fundaciones con sede en Ourense (Carlos Velo, Otero Pedrayo , E.Blanco Amor y el Cine-Club Padre Feijoo) estuvieron en San Francisco, donde EBA ,al lado de su querida madre “la florista” , protegidos del sol y del viento por la palmera situada al pie de su tumba ,y con la cruz de Montealegre al fondo ,recibe todos los años el homenaje y el recuerdo de su ciudad y de sus amigos.
