Lino Javier Vázquez, empresario ourensano residente en el país suramericano, cree que "hay esperanza para el cambio político y económico, pero el social y cultural tardará generaciones"
Tres días han esperado los venezolanos para conocer los resultados oficiales de las elecciones del pasado domingo, y lo han hecho con cierta intranquilidad tanto allí como aquí, en Ourense. Finalmente, el Consejo Nacional Electoral, (CNE), anunciaba ayer que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) había obtenido 112 diputados, justo la mayoría calificada de la cámara. Toda una derrota para el chavismo.
Aún así, desde Venezuela, donde están registrados 14.285 ourensanos (de los cuales nacidos en la provincia sólo son 5.356), Lino Javier Vázquez, de 38 años e hijo de ourensanos destacaba que "aunque son muchas las expectativas ante este nuevo panorama, aún estamos alerta ante una última jugada que el gobierno pueda hacer a su favor. Es todavía bastante la incertidumbre, aunque no hay duda de que se ha abierto un camino muy importante e interesante".
El padre de Lino Javier, que comparte nombre con su hijo, dejó Sande en el año 1958 para buscar un futuro mejor para su familia y ahora, a los 78 años, afronta una nueva emigración que acometerá en enero, esta vez acompañando a su hijo, nuera y dos nietos, hacia Panamá. "Él se lo toma con alivio. Mi padre no puede entender como después de tanto y tanto trabajar en este país para que sus hijos tuvieran algo bueno, un futuro, Venezuela haya llegado adonde está, esto no se lo podía creer nadie hace unos años. Mis padres tuvieron un negocio de estacionamiento durante unos 30 años, y hace tres lo tuvimos que cerrar porque estábamos trabajando con pérdidas", asegura Lino Javier Vázquez, ingeniero en sistemas, y cuyo hermano emigró hace nueve meses a Chile.
"Me hubiera gustado poner rumbo a España, pero allí las cosas tampoco están bien, y somos una familia de cinco personas que necesita ingresos", explica este ourensano de origen. La causa de la marcha es "por la inseguridad, hace seis meses intentaron secuestrar a mi mujer, y tenemos dos niños pequeños. Así no se puede vivir, además de todas las carencias. Mi padre necesita medicamentos y hace cuatro meses que no hay esas medicinas", explica Lino Javier Vázquez. Resume su actual situación con una frase: "Me gustaría poder quedarme en mi país, pero no es posible".
A la inseguridad ciudadana se añade la jurídica. "Si estás dentro de la cadena de distribución de algo que les interesa, te lo expropian, o si tienes una empresa que gana en un momento dado, pues también le meten mano". Añade que estas elecciones "son una esperanza para el cambio político y económico, que puede ser relativamente rápido, pero tendrán que pasar varias generaciones para un cambio cultural y social. Son ya 17 años viviendo de cara a que el estado te dé cosas, y de que quien tiene algo, es malo".
Opinión compartida por la mayoría de los venezolanos residentes en Ourense ( un total de 557, según el Instituto Nacional de Estadística, aunque el número es mayor, ya que esta cifra sólo contempla los de nacionalidad venezolana, y muchos, al ser de origen ourensano tienen la nacionalidad española).
Lorenzo González es hijo de ourensanos, pero nació y vivió en Venezuela hasta hace 14 años cuando se vino a España, y lleva en Ourense 8 años. Presidente de la Asociación de Venezolanos Alma Llanera decidió dejar su país, "unos tres años después de que Chavez llegara al poder, porque vi que su gobierno no me ofrecía nada como persona joven, no me daba un futuro estable".
