Los talleres de confección ourensanos critican el abandono que sufren por parte de las Administraciones

Ourense importó 30 millones en prendas chinas entre enero y julio, un 50% más que en 2008

Fachada de un bazar chino en la ciudad, que anuncia la venta de ropa o calzado, entre otros. (Foto: Miguel Ángel)
En los siete primeros meses de 2009, Ourense importó productos textiles de China por casi 30 millones de euros, cuando en todo 2008 no habían superado los 20 millones. Mientras, los talleres de confección ourensanos continúan cerrando.
La crisis repercute a la hora de renovar el vestuario y el sector textil lo nota. En los últimos meses, las importaciones de ropa desde países asiáticos se han incrementado notablemente, lo que el Centro de Información Textil y de la Confección (Cityc) atribuye al interés de las grandes compañías del sector por limitar sus costes de aprovisionamiento y ofertar precios más bajos al consumidor.

Los datos relativos a Ourense, donde tradicionalmente el sector textil ha tenido un gran peso, dan fe de esta situación. Según los datos de Aduanas recogidos por el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, las importaciones de prendas de China por parte de firmas ourensanas han alcanzado los 29,8 millones de euros entre enero y julio de 2009 (último mes para el que están disponibles datos). Sólo en estos siete meses se han superado ampliamente las importaciones textiles de todo el ejercicio pasado, cuando Ourense había comprado en este país asiático productos por 19,7 millones de euros. China continúa siendo el principal país del que importan productos textiles las firmas ourensanas, a gran distancia de otros. De hecho, en segundo lugar se sitúa Portugal, de donde entre enero y julio se han importado prendas por valor de 16,2 millones de euros, cuando en todo el año pasado habían sido 20,1 millones. Esto muestra también una tendencia creciente de las importaciones textiles lusas, lo que desde el sector textil atribuyen a convenios con empresas portuguesas, donde la mano de obra es más barata.

También en el calzado se ha producido un aumento notable de las importaciones asiáticas. Entre enero y julio de este año, las empresas ourensanas adquirieron calzado en China por valor de 1,3 millones de euros, cuando en todo el año pasado había sido de 368.000 euros.

Talleres

La adquisición de productos textiles en otros países está asfixiando a los talleres de confección ourensanos, que se ven abocados al cierre ‘sin que nadie haga nada, ni la Xunta anterior ni la actual’, según sostiene Vitaliano Falivena, presidente de la Asociación de Talleres Textiles de Ourense. El empresario se muestra muy crítico con el abandono de los políticos a las pequeñas empresas del sector, mientras siguen ayudando a las grandes. ‘El sector está muerto. Es vergonzoso que hayan permitido llegar a esta situación’, sostiene, cuestionando la falta de actuación por parte de la Consellería de Industria, cuyo titular procede de este sector, por lo que conoce de primera mano los problemas que atraviesan.

Así, de los 20 talleres que integraban la asociación hace escasamente dos años, hoy sólo quedan abiertos seis. Mientras, los talleres no integrados en esta organización pasaron de 40 a 12 en el mismo periodo. También el número de trabajadores -mujeres en todos los casos- se ha reducido, ya que si la media antes era de unas 12 personas por centro de trabajo, ahora está en ocho. Falivena explica que cada vez tienen menos trabajo y el poco que les llega está mal pagado, y en los últimos meses están notando mucho el incremento de la competencia de Portugal por los convenios realizados con este país, por lo que los negocios ourensanos son cada vez más ‘inviables’.

Acreditar el lugar de elaboración

La venta de productos textiles asiáticos no sólo se produce en los bazares chinos, cuya presencia ha crecido mucho en los últimos años, sino que también están cada vez más presentes en las grandes cadenas comerciales y en los establecimientos tradicionales. En todo caso, desde la Asociación de Talleres Textiles ourensanos han reclamado en numerosas ocasiones la aplicación de un certificado que acredite la confección de las prendas en Galicia, que era una de las medidas incluidas en un acuerdo elaborado con la anterior Administración autonómica para conseguir afrontar la situación, pero que sigue sin aplicarse. También reclaman que la concesión de subvenciones a las grandes compañías se vincule al mantenimiento de una parte de la producción en Galicia, y que las propias administraciones realicen sus encargos (como las prendas para hospitales o uniformes para los agentes de seguridad) a los talleres españoles, y no a los extranjeros.

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