La provincia esquiva las temperaturas extremas del resto del país. Hoy se cumple un año de las temperaturas récord que se registraron el año pasado y que alcanzaron los 44º en la ciudad
La ola de calor rompe termómetros en el resto del país, forzando a declarar la alerta roja en diversas comunidades. Sin embargo, Ourense está lejos de esa situación. Durante la jornada de ayer, los mercurios superaron los 44º en provincias como Granada, Albacete o Córdoba, según la Agencia Estatal de Meteorología. Aquí, solo Ribadavia se aproximó a estas marcas con 34,5º, un registro casi 10º inferior. Y esto según la Aemet, ya que Meteogalicia rebaja a 31º la máxima en la ciudad, el mayor dato de toda la comunidad autónoma.
Ourense se libra de la masa de aire sahariano que está causando la ola, pero la provincia sí sufría los efectos de las temperaturas extremas hace exactamente un año. El 14 de julio, el termómetro llegaba a los 44º, mientras que solo dos días antes había registrado 43,3º. Los mercurios alcanzaron cifras similares en el verano pasado en Arnoia (43,7º), Leiro (43,1º) y Vilamartín de Valdeorras (42,9º). El fenómeno adverso supuso la activación de la alerta roja en la provincia, y contribuyeron a propiciar los graves incendios forestales de julio.
Los efectos de la ola de calor afectaron a la mortalidad. Un estudio científico reciente, elaborado por ISGlobal, cifró en 150 los fallecimientos que causaron las elevadas temperaturas en la provincia entre los meses de junio y agosto.
A pesar de ello, y además de los 31º registrados por Meteogalicia en la ciudad, se alcanzaron 30,9º en Vilamartín y 30,4º en Leiro. Fueron los únicos termómetros en los que se superaron los 30º. Valdeorras protagonizó el “top 5” de la agencia autonómica: además de Vilamartín, se computaron 29,8º en Larouco y en Rubiá.
Y es que mientras varias zonas del país se encontraban ayer en alerta roja, en la ciudad se registraban temperaturas habituales para la estación. En este sentido, se respiraba normalidad de acuerdo a la época del año en diversos puntos de la ciudad. En Oira, numerosos ourensanos aprovecharon el calor para darse un chapuzón y refrescarse.
