Ourense perdió tantas sucursales bancarias en doce meses como en los doce años anteriores

En el último año se ha realizado el mayor reajuste de oficinas que se ha registrado en la provincia de Ourense.
Al cierre del ejercicio de 2011, en la provincia quedaban 281 sucursales de bancos o cajas, cuando un año antes se contabilizaban 354. La mayor parte de estas 73 sucursales cerradas corresponde a las antiguas cajas gallegas, Caixanova y Caixa Galicia, debido a la reordenación que realizaron tras su transformación en banco. En concreto, de 183 sucursales que tenían antes de la fusión en la provincia se quedaron en 111. También se contabiliza el cierre de otras dos oficinas de otras entidades, frente a inusuales aperturas (como la de Cajamar en la calle Xoán XXIII).

La reducción de oficinas bancarias en el último año equivale prácticamente a la que se había registrado en los últimos 12 años anteriores, ya que entre 1998 y 2010, el descenso había sido de 75 oficinas. En concreto, Ourense tenía en el año 1998 un total de 435 oficinas bancarias, cifra que representa su máximo histórico según los registros que efectúa el Banco de España. Desde entonces, fue decayendo progresivamente el número de oficinas de bancos, mientras las cajas mantenían su número. Esta tendencia se frenó durante los años de mayor bonanza económica (entre 2005 y 2007), en los que el progresivo descenso se frenó e incluso creció ligeramente el número de oficinas. Al cierre de 2008 había 374 entidades en Ourense, que se quedaron en 360 al terminar 2009 y en 354 al finalizar 2010.

El cierre de oficinas de las antiguas cajas afectó a Ourense en mayor medida que otras provincias gallegas, ya que era donde se producía el mayor índice de duplicidad (presencia de oficinas de Caixanova y Caixa Galicia en el mismo municipio o área de influencia en la ciudad). Con la fusión en una única caja, la entidad se comprometió a no dejar sin oficina ninguno de los pequeños municipios en los que estaba presente. Sin embargo, tras su conversión en banco, los representantes sindicales de la entidad sostienen que sí se van a producir cierres de las sucursales en los municipios más pequeños (aunque por el momento no se han anunciado), debido a que se regirá más por criterios de rentabilidad que de servicio. Está también pendiente de conocer cómo se producirá la reordenación en otras entidades, ya que la fusión Popular-Pastor también ocasionó el solapamiento de varias oficinas en la provincia.


QUEJAS

Los sindicatos de Novagalicia Banco sostienen también que, mientras cierran oficinas y se reduce personal, las sucursales que quedan asumen un mayor volumen de trabajo. Una circunstancia que también constatan los usuarios, según explica el presidente de la Federación de Vecinos Limiar, Manuel Carnero. 'Si temos constancia de queixas debido a que pecharon moitas oficinas e nas que quedan hai máis colas', explica el dirigente vecinal, que sostiene que 'ademais, teñen pouco persoal atendendo ó publico, a maioría das veces só unha ou dúas persoas, e hai que estar esperando moito tempo'. Carnero constata que 'a atención ó usuario empeorou, antes non era así', además de reflejar que antes los usuarios tenían oficinas más cercanas y ahora están más lejos, al igual que ocurre con los cajeros automáticos. Desde Limiar se van a sumar a una queja que va a transmitir la Confederación Gallega de Vecinos al respecto de la atención en las oficinas bancarias.

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