Ourense afronta el ejercicio 2024, recién estrenado, de nuevo como la única de las siete grandes urbes gallegas sin planificación económica. El gobierno local se prepara para gobernar, de nuevo, a golpe de modificación de crédito. A finales de diciembre, el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, se vio obligado a firmar de urgencia transferencias de crédito para pagar las nóminas, un problema que amenaza con repetirse en esa y otras partidas. La última vez que el Concello de Ourense aprobó unas cuentas actualizadas fue en 2020. Desde entonces, siempre se han prorrogado los presupuestos. Este es el cuarto año seguido en esta situación.
La situación de Ourense contrasta con la de las otras ciudades. Vigo, donde el PSOE gobierna con mayoría absoluta, aprobó el pasado 28 de diciembre los presupuestos de 2024, con un montante de 316,6 millones de euros. A Coruña, también socialista aprobada ese mismo día sus cuentas para este año, que ascenderán a 375,4 millones, con el apoyo del BNG. En Lugo, el pasado 19 de diciembre el bipartito de PSOE y BNG presentó sus presupuestos más altos de la historia, de 121,8 millones, que serán refrendados este mes en el pleno.
Por otra parte, en Pontevedra, el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores llevó ya su proyecto de orzamentos a pleno, y, tras no obtener la mayoría suficiente, los volverá a llevar este próximo 8 de enero, vinculados a una cuestión de confianza, con lo que todo indica que saldrán adelante.
En Ferrol, al igual que en Ourense, todavía no hay borrador de presupuestos, pero, a diferencia que la ciudad de As Burgas, cuentan con unas cuentas actualizadas aprobadas en 2023 y con un anexo de inversiones.
Ya en último lugar, la capital gallega, Santiago de Compostela, donde gobierna en minoría el BNG con Compostela Aberta, ya tiene un proyecto de cuentas para 2024, pactado con el PSOE. Ascenderán a 141 millones de euros y se rubricarán en el próximo pleno.
Al margen de todo esto se sitúa Ourense, donde el gobierno local no ha finalizado ningún tipo de borrador de presupuestos, pese a las reiteradas peticiones de la oposición para que lo hiciera. Así, la ciudad afronta por cuarto año seguido unas cuentas prorrogadas en las que, en breve, se incluirán subidas de impuestos, como ya avanzó el propio alcalde, porque los ingresos no llegan para cubrir gastos.
