A lo largo de la última década, el número de fallecidos en la provincia superó en 26.297 personas al de recién nacidos

Ourense registró 4.771 defunciones frente a 1.931 nacimientos en 2012

La población ourensana continúa menguando sin tregua y cada vez es mayor la diferencia entre el número de nacimientos en la provincia (que se reduce) y el de fallecimientos (que crece). Así lo refleja el informe sobre el movimiento natural de la población relativo al año 2012, que ayer actualizó el Instituto Nacional de Estadística.
En concreto, el año pasado nacieron en la provincia un total de 1.931 niños, pero fallecieron 4.771 ourensanos, lo que deja un saldo negativo de 2.840 personas.

La diferencia empeora con respecto al ejercicio precedente, en el que la cifra de nacidos había sido ligeramente superior (1.973) y la de fallecidos inferior (4.636), aunque también ocasionando un descenso de 2.663 habitantes en la provincia.

En todo caso, la tendencia no es nueva en la provincia. En la última década han fallecido en Ourense 26.298 personas más de las nacidas, lo que supone un ritmo medio por encima de las 2.600 al año.

En concreto, los datos muestran que en los años de bonanza económica se incrementaron los nacimientos en la provincia, alcanzando el máximo en 2008, con 2.156 bebés. No obstante, en los cuatro ejercicios siguientes, la cifra ha ido cayendo año a año. Cabe destacar, asimismo, que el 45% de los nacimientos se registran en la ciudad.

En lo que respecta a los fallecimientos, la cifra de 2012 ha sido la mayor de la última década, aunque no marca una gran diferencia con los registros del periodo (de hecho, la media de muertes por año está en 4.650).


BALANCE GLOBAL

Los datos de movimiento natural de población ofrecidos ayer por el INE complementan a los que publicaba la semana pasada sobre movimientos migratorios. En concreto, el año pasado se marcharon al resto de España o al extranjero un total de 6.469 personas, aunque vinieron a residir a Ourense otras 6.772, lo que dejó en 2012 un saldo positivo de 303 personas. No obstante, se trata de una cifra muy reducida para compensar la pérdida de 2.840 personas derivada de una cifra de fallecimientos muy superior a la de nacimientos. El balance global deja una perdida de 2.537 personas en un año.

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