Manuel Outumuro (A Merca, 1949) puede presumir de múltiples reconocimientos en su dilatada trayectoria profesional, como el que recibió hace unos días en el Carnegie Hall de Nueva York considerado el Oscar de la fotografía, pero desde ayer también de vivir en el Teatro Principal una jornada muy emotiva con la entrega del Premio Ourensanía, engordando así el palmarés de un galardón que cumple este año su undécima edición.
“Este lugar es más pequeño que el Carnegie Hall, pero también más entrañable y esto es más intenso y emocionante”, destacó Outumuro al principio de su intervención y antes de enseñar al público que se reunió en la gala una muestra de su trabajo, “ya que lo mío es la imagen y no la palabra”.
Haberse convertido en uno de los nombres indiscutibles de la fotografía internacional tras dejar A Merca con apenas 10 años y codearse con famosos personajes y destacados no le ha hecho olvidar sus raíces, sino todo lo contrario.
“Mis imágenes transmiten glamur y sofistificación, pero yo vengo de pisar estiércol, mierda de vaca. A Merca ha condicionado mi manera de vivir, crecí con el retrato al pie de mi cama de mis padres, ausentes (eran emigrantes en Venezuela), pero tenía todo el afecto de mis abuelos. Por eso puedo decir que A Merca es la etapa más feliz y enriquecedora de mi vida, creciendo con los pies en la tierra, haciendo figuras de barro, una infancia llena de emociones”, subrayó el premiado, alguien que ha vivido en Barcelona o Nueva York.
Reconocimiento
En su dedicatoria, Outumuro no se olvidó de padres y abuelos “que me enseñaron la palabra respeto” o sus amigos y pareja, aunque ocupó una parte de su mensaje la periodista Maribel Outeiriño, “indispensable en la recuperación del afecto a esta tierra después del vacío de la emigración”.
Tras su discurso y una proyección de tres vídeos evocando a la “nostalgia, la ausencia y la emigración”, Outumuro avanzó la exposición que está proyectada para 2023 en el centro cultural Marcos Valcárcel, una muestra “ligada a ese niño que continúa pisando el barro y está fascinado por la luz que le envuelve”.
