Pachi Vázquez ofreció un desayuno informativo en el que defendió de nuevo su condición de inocente, pero en el que también se depsachó contra Barquero, el PP, el Concello y la dirección autonómica
Se convocó y se inició como un acto de despedida de la prensa ourensana, después de que su dimisión como parlamentario se hiciese pública el pasado lunes ante los medios en Santiago. Pero el desayuno informativo que protagonizó el exsecretario general del PSdeG fue algo más que un traslado a Ourense de lo ya relatado en la capital gallega.
Como no podía ser de otro modo, comenzó el exalcalde de O Carballiño insistiendo en la defensa de su inocencia, después de haber sido imputado por la contratación de 37 personas como trabajadores municipales durante esta etapa, hecho que el TSXG considera un delito de prevaricación. También reiteró su firme voluntad de volver a la política una vez el asunto quede cerrado porque, dijo, "estou seguro de que isto rematará ben". Mientras, aguardará desde su puesto de trabajo en las oficinas de Sanidade en Ourense, al que se incorporará "nos próximos días". "Eu non me despido nunca", sentenció.
En una semana en la que el boxeo volvió a ser tema de conversación después de muchas décadas, Pachi Vázquez saltó al 'ring' una vez iniciadas las preguntas de los periodistas. Sus primeros golpes fueron contra el candidato socialista a la Alcaldía de Ourense, José Ángel Vázquez Barquero, a quien recordó "dende o cariño" sus declaraciones en las que garantizaba su dimisión en el caso de que fuese imputado, ésas que desencadenaron su ya famoso dilema entre coherencia y responsabilidad. "Ese desliz dialéctico estalle a complicar a vida máis que a propia situación xudicial", atizó, viendo a la coherencia -la descartada por Barquero- como "o motor da vida". "É un erro que está pagando, porque en política non pode valer todo, sobre todo entre compañeiros", siguió golpeando.
Con todo, Pachi Vázquez trasladó su apoyo a la candidatura socialista en la ciudad, manifestando que Ourense "merece un goberno de esquerdas". Prueba de este compromiso con el partido fue el segundo blanco de sus golpes, el presidente del PP ourensano, Manuel Baltar, a quien acusó de promover "o voto cautivo" como forma de restar importancia a la imputación de varios cabezas de lista populares. "A Baltar non lle inflúen as imputacións cando leva da orella a votar", criticó.
Del Pazo Provincial a la Casa Consistorial. El sainete de golpes del exparlamentario también tuvo entre sus víctimas al alcalde de la ciudad, Agustín Fernández. "Un alcalde non está para dar contas coma un banco e presumir de aforro, senón para dar servizos aos cidadáns", atizó, refiriéndose a la defensa que el regidor había hecho de la salud económica del Concello una vez cerrado el pasado ejercicio. No podían faltar las alusiones a la división socialista en la Corporación municipal, en forma de elogios a los cinco ediles suspendidos de militancia, de quienes ensalzó el hecho de que siguiesen "traballando e votando nos plenos".
El combate particular de Pachi Vázquez concluyó en Santiago. Preguntado sobre si la ejecutiva autonómica del partido le respaldó, se remitió a decir que "cando tes un problema, telo ti", y dijo haberse sentido respaldado "pola xente que me ten que respaldar". "Síntome igual de respaldado que os demais compañeros que temos problemas por facer política", matizó.
