El análisis

¿Parado? Mejor no tenga prisa

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photo_camera Imagen de archivo de la oficina del Servicio Público de Empleo Estatal en Ourense.
La mayoría de los desempleados ourensanos debe armarse de paciencia porque llevan más de un año esperando un contrato. Y si son mayores de 45 años y con estudios, lo mejor es una infusión contra los nervios.

Detrás de cada ourensano registrado como demandante de empleo en el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe), el antiguo Inem, hay muchas variables. Tantas como parados porque detrás de cada número hay una realidad. Partiendo de los datos oficiales, estos son los perfiles de los trabajadores anotados en Ourense como parados y que esperan un contrato.

FORMACIÓN

El Ministerio de Trabajo certifica que a 30 de noviembre había en la provincia 18.537 desempleados, la mayoría con estudios secundarios (11.011). Es la virtud del término medio porque en los extremos se sitúan los demandantes que el Sepe tilda como "analfabetos" (163 parados) y los que acreditan estudios "postsecundarios" o universtarios (3.119). Por el medio quedan los 1.363 ourensanos que reconocen no tener acabados siquiera los estudios primarios y los 2.881 que han sido capaces de concluir su etapa básica en la formación. El mayor número de parados tiene estudios secundarios porque también es el epígrafe con un mayor número de oportunidades laborales en la provincia. Es en la capital donde los parados demuestran un mayor nivel de formación, pero también es donde el número de parados universitarios (1.623) supera con creces el de los que tienen estudios primarios (1.009). Es decir, cuanta más especialización, más difícil es encontrar empleo. En la ciudad hay 7.433 desempleados, 39 de ellos sin estudios y 358 que no han acabado la formación Primaria. Con estudios secundarios hay 4.404 en el paro.

LAS EDADES

Cuanto más mayor, menos posibilidades de permanecer en el mercado laboral también en Ourense. Pese a que el discurso oficial pasa por lamentar la falta de empleo juvenil son las personas con más experiencia las que son expulsadas del empleo. De los 18.537 desempleados ourensanos la mayoría tienen entre 55 y 59 años (2.868), con lo que sus posibilidades de inserción son escasas. En este grupo de edad y en los siguientes aparecen personas anotadas en el paro que provienen de expedientes de regulación de empleo, a veces asumidos como "prejubilaciones". Detrás se sitúa el tramo de edad que va de los 60 a los 64 años de edad y en tercer lugar se contabilizan los 2.480 que están entre los 50 y los 54 años. La cuarta plaza es para los que andan entre los 45 y los 49, que suman 2.122 y en la quinta están los 2.077 que se sitúan entre los 40 y los 44 años. O sea, 12.393 parados ourensanos están entre los 40 y los 65 años. Por lo tanto, el 66,8% de todo el paro ourensano se concentra donde hay más experiencia laboral. Por el contrario, entre 16 y 19 años hay 214 desempleados; entre los 20 y los 24 años, 835; entre los 25 y los 29, 1.634; entre los 30 y los 34 hay 1.647 parados y entre los 35 y los 39 años, 1.814. Ahora bien, detrás de los bajos números de paro en las edades más jóvenes puede haber personas no anotadas porque han emigrado o porque, sencillamente, no confían en el Sepe como vía de acceso laboral.

 TIEMPO DE ESPERA

Permanecer en situación de desempleo es un ejercicio de paciencia. La llamada para cubrir una oferta laboral puede eternizarse. El 44,4% de los parados ourensanos llevan más de un año esperando un contrato. O lo que es lo mismo, 8.248 personas. Y de nuevo se repite el mismo patrón: los más antiguos en las listas son los que tienen entre 60 y 64 años (2.110). Los parados con más veteranía están a partir de los 55 años, los que tienen menos oportunidades para que una empresa les contrate, pero también son los que buscan salir del sistema mediante ayudas públicas o trabajos esporádicos. Entre los seis meses y el año anotados en las listas del paro hay 2.475 ourensanos, pero también hay otros 5.739 que llevan entre uno o seis meses de espera. Otros 2.075 aún no han cumplido el mes esperando por un contrato.

 ES COSA DE MUJERES

Las mujeres pagan los platos rotos del sistema laboral y sobre ellas se ceba el paro. De los 18.537 desempleados que contabiliza el Sepe, 10.566 son mujeres, el 56,9% por lo tanto. Suelen tener acomodo laboral en el sector servicios, el más vulnerable, el que más contrata, también el que más despide. De todos los parados ourensanos, 12.134 están en este gremio y 7.868 son mujeres, por lo tanto el 64,8%. Los mismos datos acreditan que hay 1.098 personas paradas en la agricultura (380 mujeres), 2.101 en la industria (987 mujeres), 1.407 en la construcción (167) y 1.797 en el epígrafe "sin empleo anterior", de los que 1.164 son mujeres.

SERVIR Y VENDER

El comercio y la hostelería viven en una montaña rusa: tienen gran capacidad de contratación, pero hay una gran rotación. También bajos sueldos y contratos parciales. Son ambas actividades económicas las que cargan con la mayor parte del sambenito del paro en la provincia, con 2.612 y 2.351 desempleados, respectivamente. Pero hay otras actividades que tampoco tienen mejores perspectivas ya que 1.926 personas esperan un empleo en la industria manufacturera y otro millar en la extractiva. 

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