reportaje

A un paso de la meta tras años en el camino

El Obispado ordena este sábado a dos nuevos sacerdotes: José Antonio Rodríguez, ourensano de 25 años, y Jesús Nsue Ndemesogo, guineano de 38 años. Ambos aseguran que la vocación llegó pronto.

Para muchos no es fácil seguir la vocación religiosa, pero para mí sí lo fue", explica Jesús Nsue Ndemesogo, guineano de 38 años que mañana se ordena como sacerdote en la iglesia del Seminario Mayor. "Mi madre siempre cantó en un coro eclesiástico, mi padre era catequista, mis tías también estaban en un coro... Me llevaron desde pequeño a la iglesia y ese arraigo religioso facilitó mi decisión", comenta Nsue.

La sensación de su compañero diácono José Antonio Rodríguez fue parecida. En su caso, el ourensano entró a los 12 años a estudiar en el Seminario Menor y, de forma "natural" siguió el ejemplo de los seminaristas que conocía. Ahora, con 25, cree que convertirse en sacerdote no es una decisión especialmente difícil: "Coma toda decisión que tomas na vida, é complicado tomala. Ser sacerdote non é o que fai todo o mundo, por iso parece que é máis difícil. Pero eu non creo que sexa unha decisión heroica". 

Ambos serán un alivio para una Diócesis con un serio problema de envejecimiento de sus sacerdotes. Nsue se formó en Camerún y Congo, donde estudió su Bachillerato en Teología. De allí se vino a Madrid, donde vive un tío suyo, a cursar la licenciatura. Desde la capital entró en contacto con el obispo de Ourense, Leonardo Lemos, a quien comentó su deseo de ser sacerdote. "Este es mi cuarto año en la provincia, y la verdad es que estoy muy cómodo, siempre he sido de ambientes tranquilos y de tener contacto con la gente", asegura. José Antonio también cursó los estudios en Teología. En total, 7 años preparándose que llegan a su fin. "É unha meta que te marcas e tes moitas ganas de comezar un novo camiño como sacerdote, obviamente", señala el todavía diácono, que se convierte en sacerdote a los 25, la edad mínima estipulada. 


Nervios y emoción


Este sábado, ambos se ordenan como sacerdotes en una ceremonia oficiada por Leonardo Lemos, en el Seminario Mayor. Aunque tienen muchas ganas, también se muestran un poco nerviosos. "Para ser sincero, llevo varias noches sin poder dormir bien, con un poco de preocupación, pero también aprendemos a manejar los nervios", comenta Nsue. "Os nervios afloran, claro, pero estou moi contento", dice Rodríguez. En el templo estarán sus seres queridos, que en el caso de Nsue llegan desde Guinea Ecuatorial.

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