El viaje entre Santiago y Ourense volverá a encarecerse el próximo año. El peaje de la autopista AP-53, que une Lalín y Santiago, sufrirá una de las mayores subidas de su historia, ya que se incrementará un 8,38%, lo que hará que pase de costar 6,15 euros para todo el trayecto (en vehículos ligeros) a 6,65€, un incremento de 50 céntimos en tan solo un año. Si bien la subida es menor que en la AP-9, esta autopista tiene una desventaja respecto a la atlántica, y es que no cuenta con ninguna bonificación en Galicia y la Xunta no puede asumir este incremento como sí hace en el resto de vías de pago gallegas.
Esta subida es muy superior a la que se realizó el año pasado, que se quedó en un 2%. El precio aumentó 10 céntimos en coche, 20 céntimos más en los vehículos pesados 1 y 25 céntimos en el resto. Lo habitual es que las tarifas se actualicen formalmente a finales de año, ya que las nuevas entran en vigor a 1 de enero. La fórmula para calcular el incremento o la bajada de las tarifas se basa en dos factores: el IPC, que se encuentra desbocado, y algunas correcciones, que en este caso no aplican.
Las asociaciones de transportistas ya han expresado su desacuerdo con la medida. La Federación Gallega de Transporte de Mercancías (Fegatramer) ha cargado contra el Gobierno de Pedro Sánchez, calificando la subida de “atropello a los gallegos, y en especial a sus transportistas”.
Desde la patronal del transporte en la provincia de Ourense, Apetamcor, reclaman una bonificación como se hace en el resto de vías gallegas. “El transportista ya está asumiendo muchísimos costes. Una subida de hasta el 10% en los peajes sería ahogar al sector”, indican. Además, dicen estar en un “momento sensible” porque todavía “no sabemos si se seguirá bonificando el combustible”.
