Animales

La perrera urge mantas para que los animales no duerman en el cemento

Los perros de Progape frente a las bajas temperaturas de esta semana (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera Los perros de Progape frente a las bajas temperaturas de esta semana (XESÚS FARIÑAS).
Progape insta a invertir en mejorar las instalaciones para evitar el frío

Los termómetros se desploman en Ourense y las mínimas caen hasta los 3 grados. Todo lo que queda fuera del calor de un espacio interior, se expone a la aridez del frío. Entre sus víctimas, los perros de Progape, la perrera municipal. Sus trabajadores urgen mantas, radiadores o estufas para los 200 sabuesos que habitan sus instalaciones. La peor parte se la llevan los más mayores o aquellos que padecen alguna enfermedad: “Los ‘abuelos’ tienen artrosis y dormir en el cemento o en un palé no es nada adecuado. Los cachorros también necesitan calefacción”, indican. 

 “Pedimos abrigo para tener una solución inmediata, pero lo que realmente necesitamos es que mejoren las instalaciones”, señala una de sus trabajadoras. Cualquier tipo de sábana, manta o tejido parecido puede servir para cubrir la superficie en la que duermen los canes y evitar que estén  en contacto  con el cemento.  Ayer llegaron dos estufas de Allariz y la semana que viene tendrán un gran donativo de mantas que enviarán desde Vigo. 

Sin embargo, este sistema autogestionado es tan solo una tirita que cubre vagamente la realidad de Progape:  “El Concello sabe las instalaciones que tiene y como están los perros en ellas”, afirman. “Las mantas son una medida puntual  con la que nos apañamos como podemos”, añaden.

Así, como cada invierno, hacen público este problema para que la gente entregue sus ropa de cama, “no nuevas porque muchos perros las acaban destrozando”, explica una trabajadora.   Además, apunta que a esta situación se suma la caída de las adopciones tras la pandemia. Por lo que “muy poca gente viene a recoger perros estos meses, se prefirieron gatos, estamos en un año muy malo”. 

Fuera del refugio municipal, la asociación Agallas también está pendiente del problema del frío en las perreras provinciales. Su secretaria, Elena Gómez, lamenta que no sería la primera vez que rescata a un perro de sufrir  una hipotermia. Sin ir más lejos, esta temporada se llevaron a un sabueso de  la de Xinzo de Limia  a su refugio, ubicado en O Cumial (Ourense). Allí solo pueden coger a diez perros porque no están considerados un núcleo zoológico. 

En este pequeño cobijo tratan a los casos más desesperados, los que están al límite por edad, tiempo o enfermedad en la perrera. “Trabajamos directamente con la perrera de Xinzo y recogemos perros de allí. Hacemos visitas semanales y los casos que vemos más urgentes los tratamos de sacar”, explica Gómez. También con particulares que no pueden cuidar de sus perros o que los tienen en mal estado. 

¿Perros callejeros?

En Ourense, hay perros callejeros, pero más comunes son los casos de abandono. Para ejemplo, los mastines abandonados en Calvos de Randín. “Se llamó varias veces a Seprona y los perros siguen allí, no tuvimos respuesta”.  En principio esta unidad de la Guardia Civil está investigando el caso y afirman haber interpuesto una denuncia administrativa ante la Consellería de Medio Ambiente por las malas condiciones higiénico-sanitarias. 

Uno de sus objetivos como asociación es que aumente la participación ciudadana frente a los casos de abandono:  “Nosotros pretendemos fomentar que el público general llame a la Policía cuando se encuentre un perro callejero o en malas condiciones”, señala la secretaria de Agallas. “Hace falta más iniciativa, si no hay denuncias no hay delitos y poco podemos nosotros intervenir”.

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