Los planes urbanísticos y cinco ordenanzas, a la espera de una solución

La recuperación del sur del Casco Vello precisa una ordenación con el PEPOU.
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Terrazas, limpieza o botellón, entre los asuntos que están sin regular

Aunque el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, entienda que en lo que resta de mandato, dada su clara minoría, el pleno será “prácticamente irrelevante”, lo cierto es que el Concello tiene entre manos el desbloqueo de diferentes cuestiones que, solo con el respaldo de una mayoría, pueden ser una realidad. Hasta cinco ordenanzas y los planes urbanísticos para garantizar la seguridad jurídica y una planificación adecuada están a la espera de una solución, sin que se adivinen intenciones del regidor de dar un paso adelante con la mayoría de estos temas.

La opción más factible de conseguir alguna aprobación parece ser, según trasladó Jácome recientemente, la ordenanza de veladores, una norma que prometió en enero de 2021 que se desbloquearía en cuatro meses y que ni siquiera ha sido aprobada en junta de gobierno. El último plazo ofrecido es el de tratar de llevarla a pleno a mediados de septiembre, pero todavía queda la resolución de alegaciones planteadas en la fase de información pública y la negociación con el resto de grupos políticos.

En el cajón

Nada se sabe, por otro lado, de ordenanzas que en su momento estuvieron avanzadas y en mesa de negociación como las del botellón -esta incluso debatida sin éxito en pleno en los últimos coletazos del pasado mandato-; la de ruidos para garantizar una convivencia saludable entre vecinos y ocio en la zona histórica; la de limpieza, dado que Ourense es una de las pocas ciudades que no cuenta con un horario cerrado para depositar la basura o que tenga un marco legal para el fomento del reciclaje y otras prácticas medioambientales; o la de accesibilidad, en la que se avanzó entre 2015 y 2019 pero que ha desaparecido de los planes del actual gobierno.

Marco

En materia urbanística, dos asuntos son claves para el desarrollo socioeconómico de la ciudad. Especial relevancia cobra el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), en manos en estos momentos del equipo redactor para incorporar al documento las modificaciones planteadas por Jácome hace algo más de un año y que la exedil de Urbanismo Sonia Ogando definió, en su mayoría, como “peligrosas” para la ciudad.

Ya sin el PP en su equipo, queda por ver cómo afronta el regidor el arranque del curso político, cuando está previsto que el PXOM esté en sus manos ya sin trabas burocráticas que impidan su llegada al pleno.

En clave de planificación y ordenación del territorio, la contrarreloj ya se ha iniciado para el Plan Especial de Protección del Casco Vello y As Burgas (Pepou), que si no es aprobado antes del 31 de diciembre de 2023 implicará que el Concello pierda competencias clave para otorgar licencias en la zona histórica. Sonia Ogando avisaba en el último pleno a su sucesor en Urbanismo, el edil de DO Antonio Fernández, que está todo preparado para la contratación de la cartografía, un trámite imprescindible para sacar adelante este planeamiento, exigido por todos los grupos políticos de la Corporación.

Escaso bagaje

El balance en el mandato en materia de ordenanzas no es positivo. Apenas se ha logrado sacar adelante el reglamento del transporte, mientras que normas como la provisional de terrazas cayeron en el juzgado.

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