Los placeros han mostrado su intención de informar por escrito a Sanidad sobre una situación que, dicen, "persiste en el tiempo" y se ve incrementada en los meses de más venta
La venta ilegal de pescado y marisco en las calles de Ourense ha motivado la preocupación de los comerciantes de la Plaza de Abastos, que han denunciado ayer la peligrosidad para la salud pública de una actividad ambulante que no sigue ninguna medida de higiene o control sanitario.
Los placeros han mostrado su intención de informar por escrito a Sanidad sobre una situación que, dicen, "persiste en el tiempo" y se ve incrementada en los meses de más venta. Los productos, que se vendían ayer en la calle Concordia, no siguen ninguno de los controles sanitarios que se les exigen a los comerciantes ourensanos. De esta forma, no siguen unas condiciones de higiene mínimas, están expuestos a la contaminación ambiental y rompen la cadena de frío.
El sector ha reconocido su preocupación por el desconocimiento del origen de un producto que se vende en negro y no consta de ninguna identificación o etiqueta. Algo que hace que no se pueda saber si proviene de robos en lonjas, extracciones ilegales, zonas vedadas o productos descongelados y que hace imposible la localización del vendedor en el caso de una intoxicación.
Los comerciantes han querido recordar el reciente brote de botulismo que padeció Cataluña, en el que la falta de lote o registro sanitario impidieron la identificación del foco del problema. Por este motivo han querido advertir a los consumidores para que estén alerta y pidan la factura al vendedor siempre que tengan alguna duda sobre la procedencia de la mercancía que van a comprar.
Desde la Plaza de Abastos recomiendan también a todos los consumidores que comprueben que el pescado tenga etiquetas y número de lote y, de comprarlo en un puesto ambulante, que este esté identificado con el carnet correspondiente, la foto y el nombre.
