El Círculo Poético Ourensán es uno de esos grupos que no desiste de la ardua tarea de mantener la cultura viva en la ciudad. Sus miembros son proactivos: todos ellos escriben y todos ellos recitan. También todos ellos escuchan y tratan de divulgar. Así lo hicieron este fin de semana. En el lenguaje común del verso -o la prosa poética- un grupo de ocho escritores locales y foráneos recorrieron el Casco Vello para recitar y conocer el legado del grupo Nós y otros antecesores como Filomena Dato -no tan conocida como su coetánea Emilia Pardo Bazán aunque más atrevida en sus reivindicaciones-.
Desde que iniciaron el recorrido junto a la escultura del Carrabouxo hasta que llegaron a la Praza Maior, no perdieron ocasión de leer en cada una de las paradas. Cada poeta eligió una pieza que aportó un matiz diferente.
Además de los miembros ourensanos, José Ramón Fernández Morgade, José Antonio Santos, Adrián González y Segismundo Fernández, acudieron cuatro poetas del extranjero. Nadia Arce cruzó el charco desde Jalisco (México) y fue en la praza do Ferro donde se ofreció a recitar un poema dedicado al agua, esa “aliada, cómplice y víctima”.
También acudió la escritora Patricia Cortés, o Petra Desiderata, desde Málaga. Ella explicó que vivir de la poesía hoy en día no es viable, sin embargo, opina que “tampoco es únicamente un hobby, tampoco algo más serio o solemne pero sí más que un mero entretenimiento”.
También vino a conocer la ciudad Rosa Oliveira. En su tierra, Aveiro (Portugal), existe un círculo semejante y son comunes los intercambios anuales. La portuguesa leyó en Santo Domingo lo que llama un poema “intuitivo”, es decir, creó una pequeña antología basándose en sus observaciones de la ciudad, sin conocerla realmente. “Mis poemas son una predicción de lo que aún no conozco”, indicó. Junto a ella, desde la misma villa, acudió Antonio Luis Oliveira, quien se decantó por un tono más metafísico que sus compañeros.
