Los jóvenes que acudieron en la madrugada del sábado a hacer botellón a la Alameda se encontraron con parte del recinto precintado por la Policía Local. Pero esto no fue un impedimento, dado que los asistentes, medio centenar, tomaron el paseo central para divertirse. Mientras, tres patrullas de la Policía Local custodiaban el lugar para evitar desperfectos en el mobiliario público y jardines. Los agentes también desplazaron una unidad para realizar controles de alcoholemia a los conductores en los accesos al recinto.
La Policía Local precintó en la noche del viernes los accesos a los jardines de la Alameda do Concello para evitar la concentración de jóvenes haciendo botellón. Pero los agentes no lograron su objetivo dado que las cintas de plástico colocadas no impidieron la concentración, que comenzó nada más llegar la medianoche.
Los jóvenes, litrona en mano, aprovecharon el paseo central para divertirse, sin importarles que los vecinos que residen en la zona a esa hora estaban durmiendo.
Tres patrullas de la Policía Local vigilaban el lugar para evitar desperfectos en el mobiliario público y los espacios ajardinados, que eran los que estaban protegidos por el precinto. Es más, los agentes acordonaron el lugar por orden del titular de la concejalía de Medio Ambiente, Demetrio Espinosa, para evitar daños en el alumbrado público, sistema de riego y plantas ornamentales. Hace poco tiempo que se acondicionó la zona con una partida de más de 300.000 euros y no es justo que la destrocen, afirmaron fuentes municipales.
La concentración de jóvenes acabó pasadas las dos de la madrugada debido a una fina lluvia que comenzó a descargar sobre la ciudad, acompañada de un descenso de la temperatura.
Sin embargo, el dispositivo de vigilancia policial se prolongó hasta pasadas las siete de la mañana ante la sospecha de que regresaran al lugar a hacer botellón una vez que cerrados los bares de diversión del casco viejo. Los agentes desplazaron al lugar una unidad para realizar controles de alcoholemia a los conductores que circulaban por las calles adyacentes a la Alameda con intención de sumarse a la diversión.
Por la mañana, una brigada de la concesionaria de limpieza se encargaba de retirar el precinto, recoger los restos que dejaron los jóvenes esparcidos por el suelo y acondicionar el lugar. Al mismo tiempo, un policía local revisaba el mobiliario público y los jardines para cerciorarse de los destrozos.
Nuevo control
Los agentes volvían a colocar el precinto sobre las 11.00 horas para evitar la concentración de los jóvenes. La Jefatura tenía previsto ayer incrementar la vigilancia ante la sospecha de que se citaran muchos más jóvenes que la noche anterior para hacer botellón y ocasionaran desperfectos.
De As Mercedes, a la Alameda
El botellón se desplazó hacia la Alameda después de que la Policía Local blindara la Praza das Mercedes (donde solía organizarse) al considerar, según el concejal de Seguridad Ciudadana, Fernando Varela, que esa zona estaba saturada de ruido. La concentración en As Mercedes provocó numerosas quejas entre los vecinos pero la misma situación se repite ahora con los que viven en la Alameda.
Los jóvenes, litrona en mano, aprovecharon el paseo central para divertirse, sin importarles que los vecinos que residen en la zona a esa hora estaban durmiendo.
Tres patrullas de la Policía Local vigilaban el lugar para evitar desperfectos en el mobiliario público y los espacios ajardinados, que eran los que estaban protegidos por el precinto. Es más, los agentes acordonaron el lugar por orden del titular de la concejalía de Medio Ambiente, Demetrio Espinosa, para evitar daños en el alumbrado público, sistema de riego y plantas ornamentales. Hace poco tiempo que se acondicionó la zona con una partida de más de 300.000 euros y no es justo que la destrocen, afirmaron fuentes municipales.
La concentración de jóvenes acabó pasadas las dos de la madrugada debido a una fina lluvia que comenzó a descargar sobre la ciudad, acompañada de un descenso de la temperatura.
Sin embargo, el dispositivo de vigilancia policial se prolongó hasta pasadas las siete de la mañana ante la sospecha de que regresaran al lugar a hacer botellón una vez que cerrados los bares de diversión del casco viejo. Los agentes desplazaron al lugar una unidad para realizar controles de alcoholemia a los conductores que circulaban por las calles adyacentes a la Alameda con intención de sumarse a la diversión.
Por la mañana, una brigada de la concesionaria de limpieza se encargaba de retirar el precinto, recoger los restos que dejaron los jóvenes esparcidos por el suelo y acondicionar el lugar. Al mismo tiempo, un policía local revisaba el mobiliario público y los jardines para cerciorarse de los destrozos.
Nuevo control
Los agentes volvían a colocar el precinto sobre las 11.00 horas para evitar la concentración de los jóvenes. La Jefatura tenía previsto ayer incrementar la vigilancia ante la sospecha de que se citaran muchos más jóvenes que la noche anterior para hacer botellón y ocasionaran desperfectos.
De As Mercedes, a la Alameda
El botellón se desplazó hacia la Alameda después de que la Policía Local blindara la Praza das Mercedes (donde solía organizarse) al considerar, según el concejal de Seguridad Ciudadana, Fernando Varela, que esa zona estaba saturada de ruido. La concentración en As Mercedes provocó numerosas quejas entre los vecinos pero la misma situación se repite ahora con los que viven en la Alameda.
