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Portugal abre la frontera tras identificar a 5.000 personas

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photo_camera Los agentes, durante el control de vigilancia establecido el pasado día 10 en Vila Verde da Raia.

La GNR no permitió a seis conductores entrar en el país a través del paso fronterizo Feces-Vila Verde

Los agentes del Servicio Extranjeros y Fronteras y de la Guardia Nacional Republicana (GNR) de Portugal levantaron los controles que en los últimos cuatro días establecieron en los pasos fronterizos para intentar garantizar la seguridad de la visita, el pasado sábado día 13, del papa Francisco al santuario de Fátima.

La vigilancia comenzó a las 00,00 horas del pasado día 10 y terminó ayer. Durante este tiempo, los policías identificaron a 5.000 personas en las 12 carreteras fronterizas entre Ourense y Portugal. De ellos, a seis no se le permitió la entrada en territorio luso por no tener la documentación de identidad en regla, conducir tras haber consumido alcohol o tener antecedentes policiales.

Los agentes del Servicio de Extranjeros y Fronteras establecieron el control en la carretera que enlaza Feces (Verín) y Vilar Verde da Raia, la única entrada autorizada al país desde Ourense. Mientras, la GNR controlaba el resto de pasos en los que durante los cuatro días solamente se dejó circular a los residentes en la zona.

Según explicaron ayer en el cuerpo de seguridad, la vigilancia en los pasos fronterizos con la provincia discurrió con "normalidad". Sin embargo no sucedió lo mismo en los pasos del Algarve, donde los agentes detuvieron a dos ciudadanos chinos acusados de blanqueo de capitales, al incautarles 480.000 euros. En el de Tui (Pontevedra) fueron detenidas dos mujeres que portaban documentos italianos falsos. En el paso de Salamanca, arrestaron a dos ciudadanos reclamados en España por tráfico de droga. 

"A pesares do cheo en Fátima non se oía nin un esbirro; todo era paz"

Pese a que amenazaba tormenta, el tiempo respetó a la multitud -entre ellos muchos ourensanos- que se congregaron en el santuario de Fátima (Portugal) para ver al papa Francisco y vivir en primera persona la celebración del centenario de las apariciones. 

Todavía con la resaca de cansancio en el cuerpo, Rosa recuerda el "impresionante" viaje que realizó con su marido y su hija y otras familias de la parroquia de Verín. Salieron en coche a medianoche del viernes y llegaron a Fátima a las 03,00 (hora portuguesa). "Todo foi rodado, non tivemos ningún problema nin na fronteira, nin para aparcar", explica la verinense. 

Una vez en la explanada del templo mariano, lograron hacerse un hueco "en primeira fila". Con ellos estaban Paloma y su marido. "Aunque había muchísima gente, pudimos colocarnos muy cerca del altar. Me impresionó la amabilidad de la gente. Todos nos ayudábamos para ver, era como si nos conociésemos de toda la vida", comenta Paloma.Su compañera Rosa se queda con el silencio que había en aquel lugar, donde a pesar de que estaba lleno de personas, "non se oía nin un estornudo. Todo era paz".

Los niños del colegio Miraflores llegaron con más tiempo y se instalaron en el recinto con sus sacos de dormir. Pero no lograron pegar ojo. "Estaban moi emocionados, incluso nerviosos", comenta Joaquín Pereira, el director del centro escolar. Los alumnos escribieron una carta de agradecimiento al papa, que lograron entregar a los miembros de seguridad del pontífice. 

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