Domingo previo al Día de Todos los Santos en la ciudad. Una clienta de la Praza de Abastos sortea a los que esperan en la parada del bus mientras carga con las flores. "Non hai por onde pasar", se queja. La "mitad" de la Alameda que no se comió la solución provisional a la reforma de la Praza de Abastos está desierta a mediodía, a pesar de la decena de bancos y la decente meteorología. Más abajo, en los asientos situados frente a la pasarela del Barbaña, charlan dos mayores. ¿Les parecen suficientes las zonas verdes de la ciudad? ¿Qué opinan de que la instalación de los placeros ocupe el centro de la Alameda? "A min con estes bancos chégame, vivo en Doctor Fleming e paro aquí", explica uno . "Aínda menos mal que xa non veñen os rapaces, pero é unha pena que non se poida pasear pola Alameda", se refiere el otro al fin del botellón en la zona.
En otra Alameda, la do Cruceiro, varios padres jóvenes juegan con sus hijos en el reformado parque que se inauguró hace dos veranos. Las familias valoran positivamente el estado de las instalaciones, aunque no puedan utilizar los juegos de agua y algún juego esté estropeado. Una madre, que sujeta al niño en la tirolina, asegura que viene desde A Carballeira porque "no hay ningún sitio con estos juegos y a mi hijo le encanta". Hace unos días, una usuaria de la plataforma Change.org lanzó una curiosa petición: "Queremos conseguir la instalación de una cubierta en la zona de juegos destinada a los más pequeños en el parque infantil situado en Concejo". Una firmante alega que "como madre, lo veo indispensable en una ciudad como Ourense que con lo extremista que es nuestro clima, tener a los niños encerrados no es saludable".
Pintadas, juegos rotos y zonas en obras: la realidad del gran pulmón de la ciudad, el Xardín do Posío
El Posío es otro asunto. Pintadas, columpios rotos, maderas astilladas en los juegos infantiles y vandalismo. Los padres de la zona dedicada a los más pequeños se quejan del estado de los columpios. La anunciada reforma integral no puede demorarse más.
Más abajo, las vallas y las cintas recuerdan que el que fue el gran pulmón verde de la ciudad sigue en obras. Apenas un grupito de familias echan comida en la zona de los animales.
El Campus va por épocas. Las zonas verdes, tras el verano, están impecables. Agosto es un desierto en este espacio de As Lagoas, ya que no hay mantenimiento. El invierno lo devuelve a la vida.
En el céntrico San Lázaro, el grupo de personas que provoca repetidos altercados, echa para atrás a muchas familias que deciden llevar a sus hijos a otra parte. Con todo, sigue siendo uno de los parques más visitados de la ciudad.
En el parque Miño, un usuario se queja en Internet de que no puede pasear con el perro.
