ROBO

Practican un butrón para robar una iglesia

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photo_camera Una red tapaba el agujero que realizaron los ladrones en la puerta lateral.

Los ladrones solo se llevaron las limosnas del templo, en Gomesende

Los  ladrones entraron en la iglesia de la parroquia de San Pedro de Poulo  (Gomesende) y sustrajeron el dinero que lo fieles habían dejado en las últimas semanas en los cepillos. El robo se produjo en la madrugada del pasado día 30 y los ladrones realizaron un butrón en una puerta lateral para acceder al interior.
El párroco José Ramón Cabano González se percató que habían entrado en el templo en la mañana del domingo al acudir a oficiar la misa. Lo primero que hizo fue revisar todas las imágenes y objetos religiosos por si faltaba alguno, pero comprobó que todo estaba en su lugar. Lo único que faltaba, según recoge la denuncia que presentó ante la Guardia Civil, era el dinero que había en los cepillos, en una cantidad que, según pudo saber este periódico, aún está por cuantificar.

Los ladrones destrozaron prácticamente toda la puerta lateral, que será repuesta por una nueva.  "Es más el daño que causan que lo que se llevaron", explicó un feligrés.

La Guardia Civil acudió de inmediato al lugar y realizó una inspección en la iglesia con el objetivo de encontrar huellas que permitan identificar a los autores del robo. Los agentes trabajan con la hipótesis de que residen en la zona y que conocían el lugar por el que debían entrar sin ser vistos.

En lo que va de año ya fueron asaltadas otras 17 iglesias de la provincia, entre ellas las  de Santa Eufemia, Fátima, Os Remedios, A Milagrosa y Asunción de la ciudad,  además de la de Castro de Beiro, Santa Eulalia de Beiro, Velle, así como la capilla de San Benito de Vilar de Astrés. En todas ellas, los autores se llevaron el dinero de las limosnas y medallas con la imagen de la virgen.

En el Obispado de Ourense temen que se produzca un robo de objetos o imágenes de valor, que después no se puedan recuperar. Para evitarlo instan a los sacerdotes y vecinos a custodiar en inmuebles privados  todo aquello que tengan valor en sus templos y llevarlos a la iglesia de nuevo cuando sea necesario.

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