Reportaje

Aquel primer Día da Bici en el frío invierno de 1983

Se llamó "paseo ciclista" y en él participaron 500 ourensanos; la mayoría eran adolescentes

 

El 9 de enero de 1983, los camposantos de la capital, San Francisco y As Caldas, se quedaban pequeños para los casi 100.000 habitantes que tenía Ourense y la venta de nichos en el de Santa Mariña do Monte iba a buen ritmo. El mismo domingo, los vivos que no pensaban en la muerte, se lanzaban a las calles en bicicleta. Era el primer Día da Bici en la ciudad, la jornada en la que medio millar de quinceañeros sacó las bicicletas del garaje. Y les supo a poco.

"El Día da Bici fue el primer contacto de muchos niños ourensanos con este medio de transporte por la ciudad", recuerda Carlos Moure, el presidente de la Fundación ADO Moure, que organiza la prueba. El germen surgió del Club Ciclista de Ourense y, desde los primeros años, los pequeños de la casa fueron los protagonistas de la jornada, que en los inicios se llamó "paseo ciclista".


Un oso infiltrado


"Un detalle importante es que la inmensa mayoría del medio millar de participantes en este paseo ciclistas eran jóvenes, entre diez y quince años, de ambos sexos. Pero también eran muchos los pequeños entre cuatro y diez años, que participaron en el paseo, siendo la ciclista más joven una niña de cuatro años de edad", dice la crónica de La Región del 10 de enero de 1983. Entre la juventud, se coló entonces un "oso" "Uno de los participantes se disfrazó con lo más acorde que podría elegir a la hora de pensar en el frío que reinaba en el ambiente: se vistió de oso. Este disfraz obtuvo uno de los premios entregados al final". Ese "entroideiro" marcó el inicio de una tradición, que, sin embargo, es más típica de la carrera popular del San Martiño, la "otra" cita familiar arraigada en el imaginario ourensano.

El Día da Bici de 1983 se contentaba con el medio millar de ciclistas que 34 ediciones después se convirtió en más de 8.000. "A pesar de todo, la participación puede ser considerada como todo un éxito, pues medio millar de bicicletas no esperaban ni los más optimistas", dice la crónica del día después.


Un "pero" revelador


Los niños que quedaron descolgados del pelotón tuvieron que salirse del recorrido porque los pocos coches que circulaban aquella mañana por la ciudad, "se le echaban encima", como dice el relato de la época. A los 35 años, la prueba tiene que caer en la reivindicación. "Durante los últimos años y debido a unas cifras intolerables de siniestralidad, hemos insistido en tratar de dar visibilidad a esta problemática, que está logrando que muchos ciclistas, por miedo, dejen de disfrutar de la bici y que a los más pequeños, en aras de su seguridad, se le prohíba andar en bici", reitera Carlos Moure, el organizador de la jornada lúdico-deportiva que tiene por lema: "La bici te da la vida: ¡úsala!". Por muchos años más celebrando la vida sobre ruedas. 

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