Suceso en Ourense | A prisión por colgar en Facebook un vídeo con fotos de su novia desnuda

Poco podía imaginar Javier G.A. (45 años) que una publicación en la red social Facebook podría llevarle a prisión. La jueza adscrita a los juzgados penales de Ourense hasta hace unos días, Irina Fernández, acaba de condenar al inculpado a tres años y medio de cárcel por subir a su cuenta de Facebook un montaje con fotos de su expareja en las que aparece desnuda o en ropa interior. Algunas se las había enviado ella y otras las cogió sin su consentimiento de la nube (al servicio de almacenamiento de datos a servidores localizados en la red). La pena impuesta por el delito de revelación de secretos tiene en cuenta la agravante de parentesco que pedía la acusación particular ya que el hecho de que la denunciante hubiera sido pareja del acusado “implica un mayor desvalor de la conducta”. La magistrada, tras ver el caso, concluye que el inculpado “ejecutó los hechos con un indudable ánimo de vilipendiar a la denunciante”. Y lo hizo -añade- “despreciando las obligaciones más elementales de la relación que en su día se asimiló a la propia de afectividad del vínculo matrimonial, donde el respeto muto es esencial”. El vídeo montaje con imágenes estuvo en la red social durante cuatro horas el 12 de abril del pasado año, en pleno confinamiento por la crisis sanitaria de la covid-19. La perjudicada, que se enteró por una prima que vio el montaje y la alertó de las “imágenes comprometedoras”, sufrió un impacto emocional negativo por el daño causado a su reputación con respecto a su familia. Por este motivo, debe indemnizarla con 2.000 euros. La sentencia tiene en cuenta el testimonio “coherente y verosímil” mantenido en el tiempo por la víctima, apoyada en otras pruebas que corroboran su versión. Pese a que la defensa alegó que no quedaba acreditado que el Facebook fuese del inculpado, la jueza resalta que no quiso dar explicaciones durante la instrucción (se acogió a su derecho de no declarar) y en caso de que no fuera su perfil nunca interpuso denuncia por suplantación de identidad. Además, en el encabezado del vídeo aparecía una frase: “Mi familia me decía que hacía un chocho y yo feliz pero todo cambió cuando apareció un tal chicho…”. La frase desprende resentimiento frente a la denunciante, valora la jueza. Cuatro meses antes, se dictó una orden de protección a favor de la víctima y le prohibía al acusado comunicar y aproximarse a ella. Y hete que “Chicho” fue la persona que la ayudó cuando ella denunció a su expareja por maltrato. “Perfectamente podemos asegurar que el acusado tenía un móvil para la conducta realizada: los celos”. La denunciante cuando vio el vídeo llamó a Javier G.A. y, aunque lo negó inicialmente, según ella, luego reconoció que lo había subido por error.