SEMANA SANTA

Los niños arroparon a la borriquilla en Ourense

La bendición del obispo Leonardo Lemos de los ramos en el Parque de San Lázaro congregó a centenares de fieles que siguieron a la borriquilla camino de la Catedral. Arranca la Semana Santa.

Los alrededores de la Subdelegación del Gobierno, donde se llevó a cabo la bendición de ramos por parte del obispo de  Ourense, Leonardo Lemos, eran un hervidero de gente de todas las edades -sobre todo niños- esgrimiendo ramos de todo tipo, desde los más elaborados hasta los tradicionales de laurel u olivo. Familias enteras acudieron fieles a esta cita anual, en la que los más pequeños, como se encargó de recordar el obispo, fueron los protagonistas. Primero, con motivo de la llegada del paso de Jesús sobre la borriquilla al Parque de San Lázaro, y más tarde, una vez en la Catedral, con la invitación expresa de monseñor Leonardo Lemos de que los niños "se acerquen a las escalinatas del presbiterio durante la misa, pues es su día".

La lluvia respetó el paso del Domingo de Ramos, aunque estuvo pendiente, como espada de Damocles, durante todo el recorrido, pero tan sólo al remate de la procesión, cuando ya traspasaba el umbral de la puerta Norte, se registraron algunas gotas.

Previamente, en la puerta principal de la Subdelegación del Gobierno, el obispo de Ourense se dirigió a todos los presentes, en especial a los "queridos niños" a los que les invitó a que "no tengáis miedo a Jesús, no viene a quitarnos nada, sino a darnos todo, a entregarse a sí mismo". Monseñor Leonardo Lemos resumía de este modo la esencia de la Semana Santa que con este Domingo de Ramos arrancaba ayer.


Sin miedo


Añadía que "a este mismo Jesús, que hoy vemos sobre la borriquilla, dentro de unos días lo descubriremos en un gesto de sacerdote eterno pidiendo por toda la humanidad, crucificado en un madero. No le tengáis miedo a la cruz, descubrid en ella únicamente el signo del amor misericordioso de Dios. No le tengáis miedo al Dios crucificado porque está resucitado, en medio de nosotros; es más, está en nosotros", subrayó Lemos.

El obispo de Ourense pidió la complicidad de los niños y los jóvenes presentes para que levantasen sus ramos y palmas con un espíritu "constructor de paz, empezando  por nuestro mundo, en nuestros hogares y nuestro entorno".

A continuación, Leonardo Lemos tomó el hisopo y repartió el agua bendita entre los fieles congregados que elevaron sus palmas y ramos acercándolos lo más posible a la figura del obispo. Rematado el acto se dio paso a la procesión camino de la Catedral por la calle Paseo. Una vez en el interior del templo, donde también eran numerosos los fieles que se encontraban esperando, mezclándose con algún que otro turista que no desaprovechó la oportunidad de unirse a la celebración, se ofició la santa misa, presidida por el obispo, que volvió a recordar la importancia que para los creyentes tiene la Semana Santa y el signo de la cruz, que comparó con "el signo +, pues supone, como éste, sumar".

Las bendiciones de ramos se replicaron a lo largo de toda la geografía urbana durante la mañana, desde O Couto hasta A Ponte, de Mariñamansa a As Lagoas. La Semana Santa ya está aquí.

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