El intento del Concello de Ourense de desbloquear el desarrollo de unos 180.000 metros cuadrados en A Farixa –un proyecto promovido por Eroski que incluye una gran superficie comercial, la urbanización de todo el ámbito, zonas verdes o un tramo de la ronda bulevar– acaba de recibir un importante empujón por parte de la Xunta, que considera que la actuación no tendría efectos ambientales significativos.
Esta resolución, emitida el 1 de agosto y publicada ayer en el Diario Oficial de Galicia, permite eludir el siempre farragoso proceso ordinario de tramitación medioambiental en la elaboración del Instrumento de Ordenación Provisional que tramita el Concello para que el proyecto tenga encaje urbanístico, que se vino abajo al anularse el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de 2003.
Concebida al amparo de la ley autonómica aprobada para desbloquear proyectos estratégicos, la ordenación provisional tiene su sentido, según el Concello, "pola concorrencia dun especial interese xeral", ya que el proyecto incluye elementos dotacionales públicos y culturales en una zona ahora con importantes carencias, que cambiaría totalmente de aspecto.
Además de la gran superficie comercial y de ocio, se reservarían espacios para oficinas o un establecimiento hotelero, una superficie edificable de 57.300 metros cuadrados de los que el 20% serían cedidos para viviendas de promoción pública. También habría una subestación transformadora de energía eléctrica, "de especial interese para a zona sur da cidade", recoge la propuesta.
Por su parte, la construcción de un tramo de la ronda bulevar, que aliviaría el denso tráfico por el casco urbano, permitiría también habilitar más de 600 plazas de aparcamiento públicas, dentro de un total de más de 2.600.
Las consultas realizadas por la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio para evaluar el impacto ambiental de las actuaciones proyectadas en el ámbito de A Farixa determinan que es posible seguir adelante con la ordenación provisional para una aprobación que no podría demorarse más allá de cuatro años.
Con todo, el Concello deberá tener en cuenta algunos posibles efectos sobre elementos patrimoniales, ya que por allí pasa el Camino Romano y hay un yacimiento, lo que obligará a definir correctamente un catálogo para protegerlos.
El empleo de especies vegetales autóctonas, minimizar los movimientos de tierra, no generar un punto de atracción lumínica o disponer de barreras vegetales para no cambiar radicalmente la vista panorámica que hay ahora mismo de la ciudad son algunas de las puntualizaciones marcadas por la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio para poder desbloquear esta importante actuación.
