El emblemático San Martín está acometiendo obras de reforma que, de todos modos, compatibiliza con los servicios habituales del establecimiento.
La intervención que se desarrolla en la calle Reza no es la única que se lleva a cabo en la ciudad. En estos momentos dos hoteles están en obras y un tercero acaba de concluirlas. El emblemático San Martín está acometiendo obras de reforma que, de todos modos, compatibiliza con los servicios habituales del establecimiento. Las previsiones iniciales situaban en este otoño la previsión de su finalización, pero los últimos plazos que maneja la empresa retrasan a final de año o principios del 2018 la conclusión de los trabajos de modernización de las instalaciones.
El San Martín es propiedad de la sociedad ourensana Kissinger Baltic, a cuyo frente está Antonio Daniel Domínguez, que lo adquirió por 3,7 millones de euros. De momento es esta sociedad la que asume la gestión, pero no se descarta que pueda cederla en gestión a otros operadores. La cadena Barceló confesó hace meses estar interesada en gestionar un hotel en Ourense y el San Martín fue siempre una de sus opciones. Fuentes conocedoras de la operación dan por hecho que esta multinacional se hará cargo del establecimiento del centro de la capital, si bien el grupo Barceló elude cualquier confirmación.
El San Martín no es el único establecimiento en obras. En el barrio de A Ponte avanzan las de otro hotel en la calle San Paio, muy cerca de la Estación Empalme, una zona abocada a importantes cambios como consecuencia de las obras previstas para la terminal del AVE. Ya en marzo del 2016 se presentó públicamente el proyecto que prevé un establecimiento de dos estrellas, con capacidad para 52 personas en 26 habitaciones dobles.
Geotermia
El proyecto hotelero incluye materiales reciclados y gestión energética a través de la geotermia, con el fin de hacerlo respetuoso con el medio ambiente, según el propósito explicado en el momento de la presentación del proyecto. Entre las dotaciones con las que contará está un aparcamiento de bicicletas, un pequeño gimnasio y una zona de cafetería autoservicio.
Por último, otra intervención reciente es la de un hotel en la calle San Miguel, un negocio familiar que ha sido promovido por los dueños del hostal y Chocolatería Cándido.
