El principal inculpado, que tras declarar quedó en libertad con cargos, es amigo y vecino de la víctima

Una prueba caligráfica lleva a la detención del presunto autor de la extorsión a un emigrante retornado en Ramirás

Castor Gayo indica el lugar en el que le dejaron la carta solicitando el dinero.
Un vecino de O Picouto (Ramirás) fue detenido el lunes como el presunto autor de un intento de extorsión a un emigrante retornado del municipio, al que solicitó por carta y bajo amenazas 4.500 euros. El arrestado es amigo de la víctima, que ayer aseguraba haberle prestado dinero ‘para comer y vestirse’.
Una prueba caligráfica de la letra de varios vecinos de Ramirás fue determinante para detener al presunto autor del intento de extorsión al emigrante retornado Castor Gayo Vispo, de 80 años, con domicilio en Freás de Eiras, en el mismo municipio.

La Guardia Civil detuvo a las 10.30 horas de la mañana del lunes a Juan A.F., de 44 años, como presunto autor del intento de extorsión. El arrestado era hasta el momento amigo personal de la víctima. ‘Nunca se me pasó por la cabeza que pudiera ser él, ni lo imaginaba. Es más, la Guardia Civil me preguntó en varias ocasiones si sospechaba de él, pero siempre dije que eso era imposible’, relataba ayer Castor Gayo, una vez conocida la detención de su vecino. ‘Vivimos prácticamente puerta con puerta, tanto que la salida de mi garaje es hacia la frontal de su vivienda’, añadía.

El intento de extorsión, dado a conocer el pasado 10 de octubre por La Región, comenzó a principios del mes en curso cuando Castor Gayo encontró sobre su buzón de correo un papel enrollado y anudado con un cordón de zapatos en el que le solicitaban 4.500 euros, advirtiéndole que, de no entregar esa cantidad, corría peligro la vida de su familia. ‘Pasamos mucho miedo. El susto fue bastante grande porque no sabíamos quién estaba detrás de la amenaza’, afirma Castor Gayo.

El arrestado reside habitualmente con su madre y un tío en Freás de Eiras y, según fuentes del instituto armado, tiene problemas con las sustancias estupefacientes y el alcohol. Ayer, Castor Gayo recordaba que todos estos problemas los viene arrastrando desde hace años. ‘Trabaja haciendo arreglos en viviendas. Le pega a todos los oficios, pero su situación económica no es buena y siempre le ayudamos dándole dinero para comer y vestirse. Durante dos años le estuvimos pagando la bombona de butano. Nos daba mucha pena y aún me cuesta creer que nos hiciera esto porque nos llevábamos bien’, apunta la víctima.

Orden de alejamiento

El presunto extorsionador, tras prestar declaración en la Guardia Civil, quedó en libertad con la condición de que se personara a las 10.00 horas en el Juzgado de Celanova. Su titular, tras tomarle declaración, lo dejó en libertad con cargos. El auto incluye una orden de alejamiento de la víctima y de su familia, además de su vivienda.

El hombre reconoció en su declaración en el cuartel ser el autor de la carta que dejaron sobre el buzón de correo de la vivienda del emigrante retornado, según fuentes de la Guardia Civil. Lo hizo, según dijo, porque le hacía falta el dinero.


Noches sin dormir
La Guardia Civil no perdió de vista la casa de Castor Gayo desde que comenzó el intento de extorsión. Los agentes interrogaron en varias ocasiones a la víctima, que regresó al pueblo junto a su mujer, también de 80 años, después de estar emigrados más de dos décadas en Venezuela. ‘Ahora respiramos tranquilos, pero pasamos noches enteras sin dormir, no sabíamos el motivo de que nos hicieran esto. En el pueblo creíamos que no teníamos enemigos’, afirma Gayo.

La carta con las amenazas estaba escrita en la parte posterior de una hoja de calendario y la encabezaban asegurando que los autores eran dos rumanos. ‘El texto estaba mal escrito, muchas palabras no se entendían, las escribieron como si no supieran bien el idioma, pero esto fue para despistar porque la petición y entrega del dinero si se entendía perfectamente’, aseguraron fuentes de la Guardia Civil, recalcando que desde un principio se descartó la posibilidad de que tras la extorsión estuvieran profesionales.

La investigación se centró en el entorno de la víctima y los agentes, junto a otros vecinos, recogieron un texto del ahora detenido y lo compararon, junto con sus huellas, con el de la carta de amenaza.

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