La ciudad ha cerrado el mes de noviembre más caluroso y uno de los menos lluviosos que se recuerda, algo que se refleja también en el agua embalsada a estas alturas en la provincia, menos de la que había a estas alturas en los últimos tres años, pero aún por encima de las cifras de 2017, el año de la sequía.
La temperatura media de las máximas que marcaron los termómetros ourensanos en noviembre se situó en 18,4 grados centígrados por primera vez, pulverizando así el anterior récord histórico para este mes, que era de 18,2 grados, registrado en noviembre de 2006, según se desprende los informes de acontecimientos meteorológicos extremos de la Agencia Estatal de Meteorología.
Este mes de noviembre de calor es también uno de los que menos lluvia se ha registrado, con apenas 48 litros por metro cuadrado acumulados durante el mes, frente a los 150 del año pasado o los hasta 190 de este mes en 2018. Desde 2015 no había un noviembre tan seco.
El calor se ha personalizado también con el escaso frío, ya que la media de las temperaturas mínimas de este mes tan característico de la estación otoñal se situó en 9 grados centígrados, también una cifra que no se alcanzaba desde el año 2006.
Calor en otros puntos
El calor, concentrado en forma de récords en la ciudad, también se irradió a otros puntos de la geografía ourensana, aunque no con tanta intensidad. En Xinzo de Limia, la media de las máximas fue de 14,6 grados, una cifra alta, pero sin superar los más de 15 grados de media que se habían registrado a principios de esta década.
En la villa limiana fue un mes seco, al ser el tercer noviembre de este siglo menos lluvioso. También es reseñable el dato de las mínimas, por encima de 5 grados de media en este mes recién finalizado, muy por encima de años anteriores.
Esta anomalías térmicas e hídricas se dejan notar ya en el agua embalsada en las presas ourensanas, a partir de los datos que los organismos de cuenca actualizan de forma semanal. Con datos a día de ayer, la provincia arranca con los embalses a poco más de la mitad de su capacidad (55,9%), hasta 15 puntos por debajo del 71% que había el año pasado a estas alturas, en las semanas previas a que la provincia viviera inundaciones severas, tras el paso de dos ciclogénesis explosivas consecutivas.
La cifra de este año es baja, como demuestra que también esté bastante por debajo del agua almacenada a estas alturas en 2018 (58%) y también por debajo de la media histórica de inicios de noviembre (63,5%).
Previsión del puente
Esta situación de escasez de precipitaciones, que hace superar ya las 15 semanas de descenso generalizado del agua embalsada, está a punto de cambiar, ya que la llegada del puente festivo y la suavización de las restricciones vendrá acompañada de lluvias.
Durante la jornada de hoy continuará la influencia de las altas presiones, con cielos prácticamente despejados, pero a partir de mañana entra una "profunda borrasca", según Meteogalicia, que dejará lluvias ya desde mediodía en toda la provincia, que continuarán de forma generalizada el viernes, con una importante bajada de las temperaturas (máximas de 10 grados y mínimas de 6). La nieve empezará a hacer acto de presencia en la madrugada del jueves al viernes en las zonas altas de la provincia, con a cota de nieve en los 700 metros de altura.
Las lluvias y las temperaturas bajas se extenderán durante todo el puente por la geografía ourensana, al menos hasta finales de la próxima semana.
