Las obras dejaron al descubierto el mal estado de conservación en que se encontraba la estructura disparando el coste de la intervención
La colocación de la nueva iluminación es el único impedimento que resta para que los ourensanos puedan disfrutar en su totalidad del puente del Milenio, una infraestructura que pasó por el taller durante el último semestre de 2016, pero que tras la conclusión de las obras solo ha podido abrir los carriles de circulación de vehículos y las aceras, permaneciendo cerrados al paso de los peatones la pasarela.
Según explicó el alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez, hace unas semanas los trabajos de rehabilitación realizados desde julio a noviembre dejaron al descubierto el mal estado de conservación en que se encontraba la estructura, lo que disparó el coste de la intervención por encima de los 600.000 euros, cuando la previsión estaba por debajo del medio millón de euros.
Esto impidió completar la sustitución de las bombillas que alumbran el recorrido peatonal, algo que, según explican fuentes municipales, es imprescindible para que el Concello recepcione la obra, ya que solo en ese momento se garantizarán todas las condiciones de seguridad.
La financiación se conseguirá mediante un convenio ya acordado entre Concello y Axencia Galega de Infraestruturas, que todavía están revisando los técnicos municipales para que pueda ser aprobado en junta de gobierno y comiencen los trabajos, cuya duración prevista es "muy breve".
Una vez recepcionada la obra, el Concello se hará cargo del mantenimiento del puente, tal y como consta en el convenio acordado con la Xunta.
