Realidad y ficción se funden en torno al castillo de Monterrei

La pareja de recién casados pasa bajo las espadas de los soldados. (Foto: Rosa Veiga)
El Castillo de Monterrei acoge durante este fin de semana el tercer juego de rol ‘Irmandiños’ que ostenta el récord Guinnes de participación y traslada a los 800 participantes al siglo XVI como una ‘máquina del tiempo’ en la que se coló una pareja de recién casados para hacer su reportaje fotográfico.
Los participantes llegaron ayer al entorno del castillo, en el que acamparon tanto los del bando ‘Irmandiño’, con leprosos, curanderos, campesinos, hidalguía y nobles con pretensiones, como los del bando de ‘Malfeitores’ integrado por soldados del arzobispo Alfonso Fonseca, del conde Pimentel de Benavente y del conde Pedro de Zúñiga entre otros.

El juego comenzó con el entrenamiento del bando revolucionario en la ladera del monte ocupado por el castillo, y del bando militar en el patio y exterior de la fortaleza, y en pleno entrenamiento irrumpió una pareja de recién casados con fotógrafo y cámara de vídeo cuya intención era tomar unas imágenes antes del banquete que se celebró en el cercano parador de Monterrei.

Tras la sorpresa inicial, los capitanes de los supuestos ejércitos de Pedro Madruga y del conde Pimentel acordaron agasajar a los novios haciéndolos pasar por debajo de un puente de espadas, formado por los soldados con sus armas en alto.

Los novios accedieron a pasar mientras recibían las felicitaciones y vítores de los soldados que al final gritaron: ‘derecho de pernada’ cuya respuesta de la novia fue: ‘en el siglo XXI, las mujeres podemos decir de eso nada’, como si estuviese preparado.

Los recién casados son de Bouxés (Oímbra) y explicaron que al pedir permiso para hacerse las fotos y el vídeo en el castillo les dijeron que había una actividad ‘pero no sabíamos nada de todo este jaleo’, agregó la novia Ana González.

Tras el imprevisto, los jugadores ocupantes de ambos campamentos se centraron en la comida e hicieron cola para recoger un bocadillo, agua y un trozo de rosca dulce.

Los 800 jugadores que se desplazaron hasta el castillo de Monterrei para participar en el juego de rol tienen en común su afición a este tipo de juegos y su atracción por la historia.

Entre ellos, José María Bergua y otras 34 personas de Aragón y Cataluña, decidieron participar tras ponerse de acuerdo por Internet.

En el caso de Bergua, decidió jugar a pesar de tener una pierna totalmente escayolada desde hace dos semanas y tener que hacer el traslado en coche con 12 horas de viaje.

Su ocupación ‘real’ es de ingeniero multimedia pero también participante con experiencia en juegos de rol en vivo, ya que estuvo en otro basado en ‘El señor de los anillos’ en Barcelona.

Otro grupo llegó de Madrid pero la mayoría de participantes son estudiantes de Biología, Telecomunicaciones, Cine, Informática e Historia en facultades de toda Galicia, Asturias y Portugal.

También estarán hasta mañana en el castillo profesionales, como arquitectos, comerciales, albañiles, mecánicos de coches, empresaria con tienda dedicada al cultivo de cannabis y un profesor de ‘surf’, de Patos (Pontevedra), y sus amigos integrantes de un grupo musical.

Todos ellos dejaron su ‘realidad’ aparcada durante dos días en dos parcelas cercanas al castillo y preparadas para dejar los vehículos, de los que sacaron los trajes y armas confeccionados por ellos mismos para transformarse en personajes medievales.

El juego está regulado y vigilado por 30 árbitros y guiado por 20 actores del ámbito universitario y otros 20 monitores que recogen las sugerencias y planes de los grupos de participantes para el desarrollo del juego.

Como ejemplo, uno de los organizadores Xurxo Iglesias, explicó que si dos o tres jugadores deciden envenenar a alguien del bando contrario ‘se lo dicen a un árbitro que debe comprobar que echan el supuesto veneno y entonces avisa a la víctima de que está muerta’.

Precisamente para mantener a los participantes en el castillo durante los dos días del juego, cada uno tiene dos o más papeles asignados ‘porque las noches facilitan los envenenamientos y motines que generan muertos a un ritmo acelerado’, agregó.

Te puede interesar