JUICIO EN OURENSE

El fiscal rebaja la pena para la acusada de envenenar a su marido

La defensa hizo hincapié en que la procesada no tenía motivos para matarlo y resaltó que solicitó asistencia sanitaria

Las circunstancias personales que rodean a María José González Pérez, una mujer a tratamiento médico por un trastorno ansioso-depresivo desde 2009, fueron tenidas en cuenta para que el fiscal aminorase la solicitud de condena. Tanto que la petición por asesinato intentado a su marido, del que ya está divorciada, la redujo a la mitad (seis años) y mantuvo los 10 meses por maltrato en el ámbito familiar.

La acusación pública, en la última sesión del juicio seguido en la Audiencia, argumentó su tesis inicial de que la procesada intentó asesinar a su esposo, con quien llevaba casada desde hacía 16 años, suministrándole diluidos en la comida y bebida los antidepresivos y las benzodiacepinas que ella tenía prescritos por facultativos de Salud Mental, al menos en dos ocasiones a comienzos de 2013. La primera, en su casa de Vilar de Orgán, Vilamarín, el día 7 de enero, tras la ingesta de puré de espárragos y leche baja en grasa, que supuso el ingreso de Manuel Rodríguez en el CHUO al día siguiente, y el segundo, ocho días después, cuando estaba a punto de ser dado de alta, y que le llevó directamente a la UCI, por una parada cardíaca de diez segundos. 

A su entender, sin la atención médica, "se habría producido la muerte a causa de una acción planificada y deliberada de su mujer", quien siguió intoxicándole a través del agua y los zumos mientras permaneció en la planta de Neurología. Consideró que el intento de asesinato cuenta en este caso con el agravante de parentesco, porque la convivencia supuso facilidad y confianza para el delito. 

Además, en marzo del mismo año, "le golpeó mientras dormía y la acusada mintió", pues, según recordó el fiscal, dijo al médico de la ambulancia que se había golpeado contra un radiador, y a su vecino, al que pidió ayuda, que lo encontró en el baño.

Por su parte, el abogado de la defensa reiteró su petición de absolución por falta de pruebas y porque la "única explicación" para todos los microdatos de lo ocurrido es que el marido de la acusada fuese el que tomó los medicamentos por sí mismo (él lo niega). A lo largo de su exposición, aludió a la falta de intención (dolo) para causar la muerte, el "animus necandi" que exige el delito de asesinato, así como la ausencia de móvil. 

En ese sentido, relató que el 7 de enero "quedó claro que el marido no tomó nada pues expulsó el puré al notarlo amargo y la leche con el mismo sabor", así que se preguntó cómo fue envenenado y cómo es posible "que su mujer, la supuesta envenenadora, se preocupase al ver que no iba a trabajar, llamase a sus tíos y fuese a buscar a la médico de Vilamarín a su casa". Se preguntó si esa "es la actitud de alguien que quiere matar". Según la defensa, Manuel contó que en el hospital, el día 12, recibió visitas y que su mujer llegó cuando él ya dormía después de cenar. "Por la mañana se levantó con mareos y no desayunó, así que me pregunto cuándo le dio María José, supuestamente, los medicamentos para intoxicarle", dijo. 

También resaltó el contrasentido de que alguien que tiene planificado un asesinato no pide auxilio, tanto médico como alertando a un vecino, en las dos ocasiones en las que fue conducido al hospital.

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