Reforma de la curia y escasez de vocaciones, entre sus retos

El papa Francisco I tiene que afrontar importantes retos dentro de la Iglesia, como son una mayor colegialidad, la reforma de la curia para hacerla más eficaz y transparente, y potenciar la nueva evangelización en un mundo cada vez secularizado. El pontífice debe proseguir con el desarrollo del Concilio Vaticano II, que no está agotado, y potenciar el ecumenismo en aras de la unidad de los cristianos.
Debe afrontar, asimismo, los cpreocupantes casos de clérigos pederastas, siguiendo las líneas de tolerancia cero adoptadas por Benedicto XVI, la escasez de vocaciones, el celibato sacerdotal, una mayor presencia de la mujer en las instituciones de la Iglesia y la mejora de las relaciones con el Islam y, sobre todo, con los judíos.

En un mundo cada vez más secularizado, donde la religión, como denunció en numerosas ocasiones el papa Ratzinger, se pretende relegar al ámbito privado, el sucesor de San Pedro tiene que trazar las líneas para recuperar ese espacio y contar con una mayor participación laica.

Otro punto es la escasez de vocaciones y la consiguiente disminución de sacerdotes. Cada día hay más parroquias sin sacerdotes y éstos tienen que cubrir varios pueblos. Ante este problema, vuelve a surgir el asunto del celibato.

La moral sexual es otro punto candente. La Iglesia es contraria a las relaciones prematrimoniales y al uso de anticonceptivos.También rechaza el uso de preservativos contra el sida y considera la homosexualidad como una desviación.

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