Para los más pequeños de la casa, este sábado no dio tanta pereza levantarse. Desde primera hora de la mañana, los niños ourensanos han saltado de la cama para llegar a comprobar los regalos que Papá Noel les ha dejado debajo del árbol esta Navidad. Fuese el regalo esperado o alguna sorpresa, muchos no han querido perder ni un solo segundo y se han lanzado a disfrutar de sus nuevos juguetes, tanto en casa como en los parques de la ciudad.
La pandemia del covid se ha llevado muchas tradiciones, pero no ha podido impedir que las plazas volviesen a llenarse de ilusión, juguetes nuevos y prisas para poder comenzar a jugar. Además, la lluvia respetó a los más pequeños y la temperatura no fue un impedimento para salir a jugar a la calle. Entre los regalos más habituales que se vieron en las plazas se podían observar los tradicionales patinetes, bicicletas y cochecitos de bebé, aunque también había cámaras de fotos, walkie talkies e incluso algún dron.
Así, Papá Noel fue generoso con los ourensanos más jóvenes, premiando su excelente comportamiento delante de una pandemia que les está complicando compartir sus regalos con sus amigos. Y tras unas horas de diversión con sus nuevas pertenencias, hacia las 12,30 horas las familias comenzaban a regresar a sus casas para celebrar la comida del Día de Navidad, convenciendo -no sin complicaciones- a los más pequeños con otros juguetes que no salieron a las calles, pero que garantizaban continuar la diversión y los juegos en casa.
