Era el único residente en el inmueble, que se desplomó por su mal estado y la lluvia en la calle Villa Valencia de la ciudad

Rescatado tras 12 horas el anciano fallecido al derrumbarse un edificio

Unas 12 horas después de que se produjera el derrumbe del edificio en el que residía, el cuerpo inerte de José Araújo Marqués, de 94 años de edad, era por fin rescatado de entre los escombros a los que quedó reducida la que había sido la vivienda de su vida, un sótano del número 6 de la calle Villa Valencia de la ciudad.
La misma casa que él se había negado a abandonar en diversas ocasiones, a pesar de las advertencias de que el inmueble ya no estaba en condiciones. 'No quería irse de ahí. Últimamente le dije de ir para una residencia y lo tenía medio convencido, pero él quería estar en su casa', explicaba ayer su ahijada, Daría de Matos, quien añadía que 'la gente ya no residía aquí. A él (los propietarios) le daban dinero y un piso para vivir y no se quiso ir, era cabezudo. Ésta fue su primera vivienda', que compartió durante años con su mujer, ya fallecida.

El derrumbe se produjo en torno a las 6.25 de la mañana. El mal estado en el que se encontraba el edificio, 'construido principalmente de madera y barro', unido a la humedad generada sobre todo a raíz de las intensas lluvias, son algunos de los motivos que, según el responsable de los bomberos, Aurelio Gálvez, contribuyeron a desencadenar la tragedia. El rescate de la víctima, que era la única persona que residía en el edificio y se encontraba encamada desde hacía dos años, fue muy complicado por el lugar en el que se encontraba, el sótano de un inmueble de tres alturas y planta baja.


RESCATE ARRIESGADO

Ante esta situación, la seguridad de los equipos de rescate primó en la actuación de los mismos, sobre todo una vez que Roi, el perro del Servicio Cinológico de la Guardia Civil, indicó que el nonagenario había fallecido -estos animales reaccionan de forma distinta si la persona atrapada se encuentra con vida-. El propio alcalde, Francisco Rodríguez, que siguió in situ todo el proceso, reconocía una vez que se recuperó el cuerpo que la actuación había sido 'muy difícil porque había un peligro evidente'. La entrada de los bomberos a primera hora de la mañana fue, según él, 'tremendamente arriesgada', por lo que hubo que hacer un análisis en profundidad de la situación y tomar medidas, por lo que se actuó con una pluma para retirar los escombros, si bien los más próximos a la zona en la que se encontraba el cadáver, localizado en torno a las cinco de la tarde aunque retirado pasadas las seis, fueron apartados a mano.

El suceso provocó gran expectación en el barrio y obligó a desalojar, antes de las 11 de la mañana, el número 4, colindante con la casa derrumbada.'Cuando oímos un ruido tan fuerte, pensamos que era una tormenta, pero nos asomamos por la ventana y ya vimos polvo por la calle y que había barullo', recordaba Marcos Gómez, uno de los cinco vecinos que residen en el edificio contiguo al siniestrado -el del otro lado está deshabitado-, y cuya estructura no se ha visto afectada por lo sucedido. Por ello, se esperaba que pudieran pasar la noche ya en sus viviendas.

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