La situación de prealerta por sequía comienza a requerir en el rural medidas de control que ya pasan por cortes o limitaciones en el suministro de agua en las viviendas. Lobeira ya pasó su primera noche sin agua.
La ausencia de precipitaciones comenzó a ser alarmante hace más de ocho meses. Ya en enero, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil (CHMS) declaró la provincia de Ourense en prealerta por sequía.
Desde hace días esta situación se agravó y son varias las localidades que se han visto obligadas a tomar medidas ante la falta de agua. Algunos optan por restringir el suministro, otros se han visto en la necesidad de recurrir a camiones cisterna, abrir pozos de barrena o arreglar las fuentes para complementar los manantiales.
Así, levantarse en una noche de calor a beber, darse una refrescante ducha, tirar de la cisterna, poner una lavadora, cocinar o lavarse los dientes son sólo algunas de las actividades diarias que los vecinos de Lobeira no pudieron llevar a cabo durante la noche del jueves al viernes.
La pertinaz sequía obligó al Concello a tomar medidas al respecto. Durante la tarde del jueves se colocaron bandos informativos en diferentes puntos del pueblo comunicando a los vecinos el corte en el suministro de agua para esa misma noche, desde las 22:00 a las 08,00 horas, y de este modo permitir que cada uno pudiese hacer previsión y acopio de agua durante las horas previas al corte.
Leonardo Rodríguez, dueño junto a su mujer del bar de Lobeira, reconoce la gran incomodidad que supone tener que pasar por estas medidas, especialmente teniendo en cuenta que los meses de verano son buenos para la hostelería local, momento en que la gente disfruta de sus vacaciones y las terrazas se disfrutan hasta bien entrada la noche. Pero, la noche del jueves, Leonardo tuvo que cerrar los lavabos de su local, esperar que la vajilla y menaje fuese suficiente hasta la mañana siguiente y sus clientes optasen más por la cerveza que por refrescos u otras bebidas que precisan de hielo.
No menos complicada fue la situación en la Residencia Nuestra Señora do Viso, con 56 personas internas, donde el personal que allí trabaja tuvo que dedicar buena parte de la tarde anterior al corte a hacer acopio de garrafas de agua con las que poder hacer frente a la noche, sin descuidar ninguna atención o necesidad de sus mayores ni propias. Teniendo en cuenta que se trata de una residencia de mayores y que el calor se convierte en un handicap más, es admirable el buen humor con que alguna de las enfermeras contaba. El discurrir de la noche afirmando que "non foi para tanto, non son tan maior e cando era nena aseábannos en tinas con auga que quecía durante o día".
A las 08,00 de la mañana, operarios municipales procedían a la apertura del abastecimiento, pero la presión del agua en ese momento hizo reventar una tubería, prolongando la falta de suministro hasta bien entrada la mañana. A partir de ese momento, quedan a la expectativa, si el depósito municipal se rellena lo suficiente, evitarán nuevos cortes, algo que resulta poco probable, tal y como afirmaban estos operarios, que creen inminente la solicitud de camiones cisterna que palie esta situación.
Esta situación no es exclusiva de Lobeira. Las comarcas de O Ribeiro y Carballiño ya sufren la escasez de agua en sus redes de abastecimiento, especialmente en Carballeda de Avia donde el jueves se buscó la apertura de una nueva captación de agua. También han sido necesarias medidas como la limpieza de arquetas o reparación de averías en las canalizaciones. En numerosos municipios de Trives, Celanova, Baixa Limia y Monterrei han recurrido a camiones cisterna para el suministro vecinal, otros alternan las cubas de agua con restricciones o han optado por abrir pozos de barrena o arreglar fuentes de uso público.
