Un robo y venta de móviles en Ourense llegan a juicio nueve años después

Edificio de los juzgados de Ourense. XESÚS FARIÑAS
photo_camera Edificio de los juzgados de Ourense. XESÚS FARIÑAS
Hasta nueve años ha tardado la justicia en sentar en el banquillo a los 13 inculpados por robo de móviles y adquisición de terminales de origen ilícito

El Juzgado Penal 2 reservó dos días consecutivos de julio para la vista oral que sentará en el banquillo a 13 inculpados incursos en un procedimiento por un robo de teléfonos móviles y varios delitos de receptación (adquisición de los terminales a sabiendas de su procedencia ilícita) ocurridos en abril de 2014. El asunto se juzgará nueve años después. 

 La cantidad de personas investigadas hace necesaria la celebración de la vista oral en una dependencia con capacidad suficiente para albergar no solo a todos los acusados sino también a sus abogados, por lo que tendrá lugar en la sala grande de la planta baja del edificio de O Couto.

Los móviles fueron valorados en  casi 20.000 euros por los perjudicados. Uno de los acusados fue imputado en el robo y el resto, hasta doce, en la compra de los terminales de alta gama en el mercado negro. 

Precisamente, el ministerio público pide hasta cinco años de cárcel para el principal inculpado, Luis Miguel D.S.M., por un delito continuado de robo y ocho meses para el resto de compañeros de banquillo.  Fue imputado por supuestamente romper con un objeto contundente el cristal de la puerta de acceso de la tienda Vodafone que había en la calle Santo Domingo. 

El primer delito está fechado en la madrugada del 2 de abril de 2014.  El ladrón se apoderó de más de 40 terminales, además de 150 euros que estaban en la caja registradora. Los móviles fueron valorados en 7.231 euros.

El fiscal sostiene que el inculpado los vendía posteriormente a precio de ganga, enytre 50 y 20 euros, o incluso en una ocasión a cambio de un tatuaje o ropa de vestir.  El mismo negocio fue asaltado de nuevo seis días después. El procedimiento para entrar de madrugada fue el mismo, pero en esta ocasión había 150 euros en la caja registradora y el botín se completó con otros 33 teléfonos móviles valorados en 10.744 euros, además de otros 150 euros por los desperfectos ocasionados en la tienda.

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