El robot Da Vinci de Ourense: más de 550 cirugías en dos años y medio

Los cirujanos Celia Lendoiro y Rafael Hurtado posan en el quirófano del robot Da Vinci.
photo_camera Los cirujanos Celia Lendoiro y Rafael Hurtado posan en el quirófano del robot Da Vinci.
Cuatro servicios del CHUO utilizan el robot Da Vinci, que mejora la recuperación de los pacientes

El robot quirúrgico Da Vinci cumple dos años y medio desde su puesta en marcha en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO). Esta tecnología facilita la intervención de los cirujanos (mejora su visión y movimientos), reduce el impacto en los pacientes (es mínimamente invasiva) y acorta los tiempos de recuperación. La fama del Da Vinci no deja de crecer, al igual que el número de profesionales ourensanos acreditados para utilizarlo. Desde su implantación en julio de 2021, suma más de 550 intervenciones entre los servicios de Cirugía General, Urología, Ginecología y Otorrinolaringología. 

El robot, situado en uno de los 16 quirófanos del CHUO, está compuesto por tres partes: la consola (donde se coloca el cirujano que realiza la operación), la torre (en la que se encuentra el software) y el carro (formado por cuatro brazos situados encima del paciente, en los que un segundo cirujano coloca el material necesario para la intervención). 

Otorrino

Otorrinolaringología se estrenó con el robot en el 2022. Desde entonces, los cirujanos Celia Lendoiro y Rafael Hurtado, únicos facultativos acreditados para utilizar el Da Vinci en el servicio,  han realizado 15 operaciones. “El número es reducido porque solo lo utilizamos para pacientes oncológicos con cáncer de faringe y base de lengua”, explica Lendoiro. 

Utilizar esta tecnología les permite acceder a zonas difíciles. “Antes, para llegar a la parte de atrás de la amígdala teníamos que romper la mandíbula, es decir, realizar una mandibulotomía, y desde que tenemos el robot ya no hemos hecho ninguna más”, resalta la cirujana. Los beneficios, para los pacientes, son evidentes: “Evitar una intervención tan agresiva permite que la persona pueda comer con normalidad en 15 días, mientras que antes podía tardar hasta dos años, o incluso nunca lograba recuperarse de todo”. Lendoiro es clara, los resultados oncológicos “no cambian” -la cirugía no evita tratamientos complementarios como la radioterapia o la quimioterapia-, pero las complicaciones y lesiones en los pacientes se han reducido notablemente. 

Por su parte, a los profesionales no les ha costado acostumbrarse al Da Vinci. “Yo creía que iba a ser más difícil, pero accedes a una visión en 3D, cuando estás acostumbrado a una en 2D, el robot consigue entrar en cavidades muy difíciles, la exposición a los tejidos es mucho mejor…”, relata. 

Lendoiro espera que el número de profesionales formados para utilizar el robot aumente en un futuro próximo. “La idea es que se forme al segundo cirujano de consola, porque solo estoy yo. Mi compañero está formado para estar en la zona de los brazos”, detalla.

La demanda del quirófano es alta, al menos una intervención al día

Desde la implantación del Da Vinci en el CHUO, la demanda ha ido incrementándose. Actualmente, el robot se pone en marcha al menos una vez al día, aunque si la intervención es corta, se llegan a pautar dos cirugías. De los cuatro servicios acreditados hasta ahora, Cirugía General es el que más utiliza esta tecnología, con un total de 341 (el 61,2% de las operaciones realizadas). Le sigue Urología, con 107 intervenciones (el 19,2%); Ginecología, con 94 (16,8%), y Otorrinolaringología, con 15 (2,7%). 

Los profesionales de Cirugía General realizan con el Da Vinci operaciones de colon, estómago, mama y, desde el pasado verano, de hígado.

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