EN EL CENTRO DE LA CIUDAD

La ruina avanza en edificios de la zona comercial más exclusiva de la ciudad

photo_camera Esquina de Alejandro Outeiriño y Progreso. A la manzana ya abandonada se unió en verano el edificio de Progreso pegado al Pazo provincial.

Quince inmuebles del casco histórico, especialmente en Progreso y Alejandro Outeiriño, abandonados por su deterioro 

Edificios singulares en ruinas como borrones en un casco histórico, el de la ciudad, que quiere ser reclamo turístico; media manzana en la calle Alejandro Outeiriño a punto de desplomarse al lado mismo de la "milla de oro" comercial, el Paseo, precisamente de actualidad hace una semana por la caída de cascotes de un edificio, un incidente quizás premonitorio en esta vía plagada de inmuebles a conservar. O una calle Progreso, donde se ha contagiado la ruina a ambos lados de la vía, no hay más que mirarla en el tramo comprendido entre el Obispado y la calle Reza. Puede decirse, reconocen técnicos y políticos, que una parte notable del casco histórico con mayor riqueza monumental y mayor interés comercial se cae a pedazos. Particularmente impactante resulta esa manzana abandonada, de la que "huyeron" todos los establecimientos, el último una joyería, Fuentefría, ahora reubicada en la cercana calle Lamas Carvajal, en un edificio rehabilitado que ha ayudado a embellecer esta vía también del casco antiguo.

Pero el último, de momento, que ha cerrado sus puertas por el deterioro es un inmueble de la calle Progreso colindante con el Pazo provincial. Ahora muestra su fachada abandonada y sus bajos, antes comerciales, han sido cerrados a cal y canto. Había oficinas de una academia y un quiosco pero originalmente albergó las ferreterías Villanueva, ya desaparecidas. Se suma ahora a la larga lista de edificios de la calle abandonados. Porque es Progreso, junto con Alejandro Outeiriño, la calle que acumula un mayor número de inmuebles expedientados por ruina técnica.

El Concello ha abierto en los últimos cinco años 465 expedientes por el mal estado de edificios en todo el casco urbano, pero los de ruina técnica en el casco histórico sobre edificios a conservar son en este momento 15, en el norte de la ciudad monumental pero, sobre todo, en las calles Progreso y Alejandro Outeiriño. En el Concello ya han mostrado su preocupación por el mal estado de los inmuebles, que ofrecen una impactante imagen de deterioro, pero reconocen, y así lo aseguraba también el gobierno anterior, que las posibilidades de recuperación dependen exclusivamente de los propietarios; porque actualmente, las ayudas son escasas y totalmente insuficientes para la rehabilitación de inmuebles protegidos y, aunque hay constructoras interesadas en la recuperación vía compra o negociación, es difícil convencer a los propietarios de que el valor no es el mismo que antes de la crisis.

La única forma que podría revertir esta situación de abandono se presenta, coinciden Concello y arquitectos, en la inspección técnica de edificios (ITE), que debe "afrontarse en serio". Hay un convenio entre ambas entidades para facilitar los trabajos de inspección pero no se ha llevado a la práctica; y, por otro lado, el número de inmuebles que cumplen con esa obligación apenas llegan al 25% de los que son notificados. El concejal de Urbanismo, José Cudeiro, ya expresó a los técnicos su interés por ejecutar ese convenio, que ayudaría a los propietarios, vía asesoría de los arquitectos a superar la ITE, para la que se necesita un proyecto que deben abonar los interesados, aunque cuentan con ayudas públicas.

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