La víctima recibía palizas porque no conseguía recaudar 50 euros al día en los súper de la ciudad

Tres rumanos, detenidos por obligar a mendigar a otro

Un joven rumano de 22 años era obligado a mendigar en los supermercados de la ciudad de Ourense en 'compensación' por el alojamiento que le prestaban tres compatriotas en la calle San Pedro, en el barrio O Pino. Pero su trabajo estaba sustentado en objetivos: conseguir recaudar 50 euros a cambio de no recibir palizas. Como el objetivo casi siempre se presentaba harto complicado de materializar, el joven tenía su dosis de puñetazos diarios. Eso sí, según contó a la policía, sus maltratadores hacían todo lo posible para que no le quedasen marcas visibles en el cuerpo.
Los detenidos por un presunto delito de tráfico de seres humanos, Basile P.M (37 años)., su hermana Luminita P.M. (27) y el esposo de esta última, George M. (30), quedaron en libertad con cargos en la tarde de ayer tras pasar a disposición del juzgado de guardia. Los tres habían sido detenidos en la tarde-noche del miércoles cuando agentes de la Comisaría de Ourense se personaron en su domicilio tras la decisión del joven de 22 años de pedir el auxilio policial.

La víctima, según su testimonio, vino engañada a la ciudad desde su país natal, atraído por una falsa promesa de trabajo y un sustento de vida.

Una vez en Ourense, a donde llegó el día 4 del pasado mes, se percató de la realidad que le aguardaba no era la prometida. Según dijo en su denuncia, las personas que le ofrecieron cama y comida le pedían a cambio 50 euros al día, que debía conseguir mendigando a las puertas de los supermercados de la ciudad (los detenidos incluso le indicaron una cadena en concreto). Si no llevaba ese dinero, según su testimonio, le pegaban puñetazos. Y eso era casi todos los días ya que las cantidades que solía conseguir, a jornada completa, no pasaban de los 30 euros.

Según fuentes policiales, tras este caso se encuentra un típico caso de explotación en la que los supuestos delincuentes se aprovechan de la indefensión de una víctima que aterriza en un nuevo país.

El actual Código Penal castiga la trata de seres humanos con penas de los cinco a ocho años de prisión. En sus supuestos, contempla la conducta de aquellos que alojan o acogen a una persona y le imponen la mendicidad, empleando violencia, intimidación o engaño, o abusando de una situación de superioridad, necesidad o de vulnerabilidad de la víctima.

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