SALUSTIANO MATO: “redujimos un 45% el coste de la gobernanza y cada año evaluaremos si podemos ajustar más”

Salustiano Mato, ayer en su despacho  del Rectorado (Foto: Borja T.)
En mayo de 2010 se convirtió en el quinto rector de la Universidad de Vigo y justo un año después hace balance de su gestión.
En el último Claustro quedó claro que cualquier trabajador puede reclamar lo que considere y que la Universidad no puede aumentar ahora las pagas extras porque sería ilegal. Pero, ¿no cree que da mala imagen hacer ese debate público con el plan de ajuste que tienen ustedes encima?
Esto es un reflejo del modelo que tienen algunos de la Universidad y del modelo que tiene el gobierno. Es un ejemplo muy claro, no fue solo la propuesta de un profesor que le dedicó mucho tiempo a este asunto, sino que estaba apoyado por firmas de la oposición. Son temas que pueden ser importantes en lo individual, pero me preocupan las cosas más globales y más estratégicas. Además, para eso está el espacio sindical pero cuando las sentencias son en contra y no se gana en los juzgados se quiso politizar y desviar la responsabilidad de ese fracaso hacia el Rectorado. Aunque era un asunto que no se podía votar, mi idea es que cuando hay firmas y la gente quiere hablar y debatir busquemos las fórmulas para que se expresen, de todo se aprende y no hay nadie en posesión de la verdad absoluta. Con la que cae puede parecer obsceno, pero era una reivindicación que llevaba muchos años, se hizo en tiempos de bonanza. Y que la oposición utilice el recurso de decirme que incumplía una promesa electoral, cometería una ilegalidad, la orden del Ministerio de Hacienda y los jueces están por encima de la opinión que podamos tener.

Lo más importante es que es muy difícil ir a Bruselas y tener audiencia por muy importante que se sea; en Bruselas la gente no va a una reunión, salvo las que dicta el protocolo, a menos que se tenga algo que contar. Un insignificante rector no es más que un rector, si tuvimos mucha audiencia es porque había algo que contar, que llamaba la atención y era un proyecto calificado como excelente. Eso es algo que para los noruegos o los suecos no es habitual, a veces se nos ve como muy individualistas o demasiado atomizados, y que una iniciativa de cooperación tan grande surja en esta zona pues llama la atención y ven que se puede trabajar con nosotros. Estos movimientos sociales que está habiendo en España es un producto fundamentalmente de la desconfianza en las instituciones que han perdido credibilidad y eso se gana con la cooperación, independientemente de la posición en la que estés, para obtener resultados y que los ciudadanos puedan vivir, trabajar, es lo que tenemos que superar en España. Por eso el Campus do Mar no es solo un proyecto bueno en sí mismo, sino que también es importante por lo que supone de remar en la misma dirección.

Hay que desbloquearlo. Ya estamos en contacto con el Concello y espero que el diálogo con la Xunta nos permita sacar adelante esta iniciativa tan importante.

Lo que se consigue con eso es hacer equipo y que funcione como tal. Hicimos una reducción en el coste de la gobernanza del 45%, cada año vamos a evaluar cómo funcionamos para ver si podemos ajustar más. Por ejemplo, en los másteres estamos dando pasos y la oposición muestra una impaciencia que no es razonable.

El BNG está en crisis y hay quién le ve a usted como candidato a la Alcaldía de Vigo.
No creo, me veo muy lejos de eso, en todo caso habría que preguntarle al BNG y no creo que me vea a mí. El BNG no funciona fichando a gente que pueda ser brillante, funciona por un proceso interno asambleario, muy democrático, y con una lógica distinta. Primero tiene que arreglarse a sí mismo, definir su personalidad y tirar en una única dirección, que la ciudadanía sepa lo que significan y lo que quieren aportar en el escenario político. A partir de ahí, buscar a las mejores personas para transmitir ese mensaje y que generen confianza.

Yo ahora estoy aquí, soy una persona que adquiere compromisos. Cuando estaba en el equipo de Docampo ya me propusieron ir de número dos en Vigo y no acepté porque tenía un compromiso para transformar la Universidad y nuestro plan era a ocho años. Solo acepté ir a la Xunta cuando faltaban cuatro meses para acabar el mandato. Ahora tengo un plan para la Universidad a ocho años, tendré que convencer a la comunidad universitaria de que vale la pena contar conmigo, la confianza hay que ganársela en el día a día. En el futuro tendrá que haber otra reflexión: no se trata de lograr un buen cartel, sino de formular un proyecto de ciudad y compartirlo.

Me costó mucho decidirme, entré en el BNG de la mano de Beiras en el momento en el que hacía tándem con Quintana. Creo que era un movimiento socialista que veía a Galicia desde un nacionalismo que bien entendido era global pero actuando localmente, muy abierto a la sociedad, por eso estoy más cerca del movimiento independiente y por tanto de Máis Galiza.

Sí, coincidimos en cosas y nos llevamos bien, pero tenemos dos modelos distintos de Universidad. Para mí debe regir el principio de mérito y capacidad, y a él aunque no renuncia a eso le pesa demasiado el corporativismo y eso no puede estar por encima, la Universidad tiene que estar a la vanguardia.n

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