San Cibrao se puso a cubierto

photo_camera Sin músicos, no hay carnaval. (MARTIÑO PINAL)

El Pabellón se convirtió en sala de fiesta carnavalera y los más pequeños tuvieron castillos hinchables para jugar. 

Qué iba a llover! Y qué debieron pensar los vecinos de San Cibrao. Para eso tenemos el polideportivo. Y así ayer piratas, mexicanas, abejas, pequeños animalillos, todos, se juntaron en unas instalaciones cubiertas para festejar a lo grande su Entroido, y fuera, ya se sabe, "si chove, que chova".

No faltó la música de charangas para que los pies se movieran al ritmo de las notas y los más pequeños tuvieron aún un regalo más: unos grandes castillos hinchables de los que disfrutaron a lo grande.

Así que el Entroido en San Cibrao no estuvo pasado por agua, por más que lloviera en toda la provincia y se suspendieran algunos acto. 

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