Noe Martínez (Ourense -1975) presentaba ayer en Madrid su último libro 'Regalo de la memoria'. La obra es un relato de las vivencias más personales y de los recuerdos de infancia y adolescencia de Ghaleb Jaber Ibrahim en una familia numerosa en la Palestina de los años 50. Noe Martínez fue la encargada de transcribir al detalle todas las historias que Ghaleb le fue narrando de sus 42 años en Galicia donde se licenció en Medicina y puso en marcha el hotel Araguaney en 1985.
¿Por qué un libro tan diferente a 'Señálame un imbécil y me enamoro', Él, mi último pelo de tonta', 'A otra princesa con ese cuento' o Cenicienta siempre quiso un Wonderbra'?
Por una parte porque la historia me parecía muy suculenta y por otra porque no me encasillo en nada. Escribo lo que me apetece y lo que me llena. Cuando Ghaleb me lo propuso me sedujo desde el minuto uno y también porque era un reto para mí, porque la gente me asocia a otro tipo de literatura, que me encanta y que ni siquiera es una dedicación, sino una pasión. Pensé que podría disfrutarlo y creo que acerté. Hay muchas personas que me han dicho que la historia les ha conmovido.
No. Lo que realmente fue difícil es estar a la altura de una historia tan intensa como la que se me presentaba. Es la vida de Ghaleb, yo no podía ficcionar, no podía agregar nada de mi cabeza. Eso sí que fue un reto.
¿Y después de probar este tipo de literatura cree que habrá continuidad?
No lo sé, yo nado y guardo la ropa. Me parece fantástico haber abierto una brecha que tenía por explorar. Pero no lo sé porque las historias me eligen a mí. Lo cierto es que siempre estoy escribiendo porque si no estaría muerta.
¿En su próximo libro volveremos a una historia de guerra de sexos?
Yo creo que sí, que habrá guerra de sexos, porque esto es lo que mueve el mundo. Pero también creo que la historia de Ghaleb tendrá una segunda parte, desde luego.
¿Las historias que narra en sus libros suceden en Ourense y sus personajes son ourensanos?
Yo tengo un mundo muy concreto. Soy de Ourense, pero como casi todos los de Ourense viví en Vigo hasta los 12 años. Por eso mis mundos suelen ser una simbiosis, un mix inventado de calles, personajes y olores. Es un mundo ideal que es la combinación de las dos ciudades.
Por una parte porque la historia me parecía muy suculenta y por otra porque no me encasillo en nada. Escribo lo que me apetece y lo que me llena. Cuando Ghaleb me lo propuso me sedujo desde el minuto uno y también porque era un reto para mí, porque la gente me asocia a otro tipo de literatura, que me encanta y que ni siquiera es una dedicación, sino una pasión. Pensé que podría disfrutarlo y creo que acerté. Hay muchas personas que me han dicho que la historia les ha conmovido.
No. Lo que realmente fue difícil es estar a la altura de una historia tan intensa como la que se me presentaba. Es la vida de Ghaleb, yo no podía ficcionar, no podía agregar nada de mi cabeza. Eso sí que fue un reto.
¿Y después de probar este tipo de literatura cree que habrá continuidad?
No lo sé, yo nado y guardo la ropa. Me parece fantástico haber abierto una brecha que tenía por explorar. Pero no lo sé porque las historias me eligen a mí. Lo cierto es que siempre estoy escribiendo porque si no estaría muerta.
¿En su próximo libro volveremos a una historia de guerra de sexos?
Yo creo que sí, que habrá guerra de sexos, porque esto es lo que mueve el mundo. Pero también creo que la historia de Ghaleb tendrá una segunda parte, desde luego.
¿Las historias que narra en sus libros suceden en Ourense y sus personajes son ourensanos?
Yo tengo un mundo muy concreto. Soy de Ourense, pero como casi todos los de Ourense viví en Vigo hasta los 12 años. Por eso mis mundos suelen ser una simbiosis, un mix inventado de calles, personajes y olores. Es un mundo ideal que es la combinación de las dos ciudades.
