CRÓNICA

Siguiendo la ruta del show y de la corrupción

Ourense. 07-11-14. Local. Pleno ordinario do concello de Ourense.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Agustín Fernández, enojado, replica a las críticas de la oposición (XESÚS FARIÑAS)

Un pato cojo, una banda de delincuencia organizada, 6.000 euros de dudoso origen en una cuenta bancaria o la vulneración de la ley según convenga. Para todo eso dio el pleno, y quedan 7 meses para las elecciones

Probablemente, más que la importancia de los asuntos -con la honrosa excepción de la expropiación de As Burgas-, el pleno destacó por el debate enfrentado, nervioso, a veces bronco y provocador, fruto de la proximidad de las elecciones municipales y de la estrategia de cada grupo para distanciarse de según qué asuntos o de provocar el conflicto abierto; es la que llevó, por ejemplo, al PP a plantar cara a la expropiación en As Burgas, a Ximena González a acusar de "grupo de delincuencia organizada" al PP o a Jácome a intentar, mediante los insultos, que el alcalde lo expulsase del pleno, sin éxito esta vez.

Fue precisamente este último asunto el que pareció abrir la veda del enfrentamiento, aunque hubo intentos ya antes, como el intercambio de críticas entre Susana Díaz y Miguel Abad a propósito de los proyectos de plazas públicas del PP y del BNG; o las irónicas recomendaciones de Susana Gómez a Aurea Soto, el blanco de todos los dardos, para que oiga música y practique yoga contra el estrés. Eso sí, no en edificios municipales, porque allí a Jácome no le gusta la música ambiental.

Esa fue la excusa -vía moción en la que pretendía que se retirase el hilo musical de las instalaciones, deportivas fundamentalmente- para intentar una nueva expulsión del pleno, después de llamar "pato cojo" al regidor -expresión usada en Estados Unidos para el último año de mandato de un presidente- y de arremeter contra todos los otros tres grupos municipales porque no replicaron a su primera intervención.

Agustín Fernández, resignado y escamado por la expulsión de octubre, le dejó despacharse a gusto, aunque Bernardino González (PP) le advirtió que no permitiría otra falta de respeto.

Somoza, del BNG, con las trabajadoras de Linorsa delante, se mostró incluso dispuesto a incumplir la ley para que ellas pudieran cobrar sus nóminas, para escándalo del alcalde, que reprochó la doble vara de medir de la oposición según conviniese a sus intereses. Otra nacionalista, Ximena González, abrió el cisma con el PP al acusar a sus cargos de "banda criminal de delincuencia organizada" por los casos de corrupción que acumula, generando airadas críticas populares, el anuncio de una posible demanda -porque no retiró sus palabras- y la devolución de la pelota por parte de Carmen Carballo, que pidió explicaciones por los 6.000 euros de dudoso origen hallados en una cuenta del BNG en Santiago.

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