El psicólogo José María Faílde cree que se tienen que "aumentar los recursos para el ocio alternativo. Muchos caen en el botellón porque no hay otra cosa"
La salida para los problemas causados por el botellón no tiene soluciones fáciles, coinciden en asegurar los expertos. Sin embargo, la permisividad es algo que no ayuda. "Hace falta una visión multisectorial y multidisciplinar . Hay que empezar a hacer prevención y la Administración local ha de buscar otro tipo de ocio que satisfaga más a los jóvenes que el botellón", explica José María Faílde.
Para ello, Faílde cree que se tienen que "aumentar los recursos para el ocio alternativo. Muchos caen en el botellón porque no hay otra cosa", añade Faílde. Por supuesto, además de la vía educativa, cree que se ha de disponer de recursos para sancionar: "No se puede consentir que se perturbe el descanso de los vecinos, que haya peleas o que se rompa el mobiliario, como hemos visto en muchas ocasiones".
En una línea parecida se expresa Antonio Rial. Cree que no se puede estar "impasible" ante las peleas, accidentes y lesiones, intoxicaciones etílicas, relaciones sexuales sin protección u otro tipo de prácticas asociadas al consumo de alcohol prematuro.
"Hay que limitar el botellón, aunque sea como medida no punitiva, sino disuasoria, no hace falta multar", explica Rial. Cree que los gobernantes deben "asumir responsabilidades" en este sentido y se puede "abrir expedientes e informar a los padres" porque, recuerda, la ley prohíbe beber a los menores de edad y políticos y sociedad "no deberían ser cómplices del incumplimiento de esta legislación".
