Las eléctricas, que colocarán 43.000 en la ciudad, descartan efectos negativos sobre la salud

Sospechas y recelo ante los nuevos contadores eléctricos

Uno de los nuevos contadores digitales que se están instalando en toda España.
Las compañía eléctricas están procediendo a sustituir los viejos contadores de la luz por otros digitales, denominados de 'telegestión', que permiten a las empresas controlar el consumo eléctrico directamente desde sus servicios centrales sin necesidad de tener personal que vaya periódicamente a realizar la lectura a cada domicilio.
Esta plan de sustitución se ampara en una directiva comunitaria, desarrollada posteriormente por una ley española, que fija la fecha del 31 de diciembre de 2018 como límite para completar este proceso de cambio, que está dirigido a los clientes con una potencia contratada inferior a 15kW.

El proceso de sustitución de contadores se encuentra ya en una fase avanzada en España y en Ourense está en estos momentos en pleno desarrollo. En la ciudad se han instalado ya unos 8.000 y en lo que queda de año está previsto el cambio de 43.000.

Las compañías resaltan que esta medida permitirá tener 'un mayor conocimiento de los hábitos de consumo de los clientes', lo que redundará, según señalan, en un uso más eficiente de la energía eléctrica y en una mejor gestión de la red.

Sin embargo, proliferan las críticas al nuevo sistema de control de consumo y que se centran en dos ámbitos: el posible impacto sobre de los nuevos contadores en la salud y por otro lado, la posible vulneración de la privacidad.


ANTENAS Y EMISORES

Parte de las voces críticas se centran en el hecho de que el sistema elegido por las compañías para hacer la lectura a distancia es que los contadores recibirán y emitirán datos por ondas o por la red eléctrica. Esto supone, según las voces críticas, que se instalarán miles de antenas y emisores de radiaciones. Se trata de minúsculas fuentes de radiación pero que se vienen a sumar a las ya existentes, como las infraestructuras de telecomunicaciones para telefonía, wimax y wi-fi y de las instalaciones asociadas como estaciones bases de telefonía móvil, radioenlaces, repetidores, etc.

A estas frecuencias que desde muchos ámbitos se consideran nocivas para la salud, se suman la suspicacias existentes en torno a los datos transmitidos. Son muchas las voces que ponen de manifiesto la posibilidad de que se pueda vulnerar la intimidad de las personas. El tipo de datos que se pueden transmitir a través de estos contadores podrían ser considerados como pertenecientes al ámbito privado de la actividad que se desarrolla en el interior de los hogares.

Así, a través del contador se podría transmitir información sobre cuándo una persona apaga las luces por la noche y se acuesta o a qué hora se levanta; en qué momento enciende la cocina o la televisión, cuándo utiliza el ordenador o cualquier otro aparato que pueda estar conectado a la red eléctrica o inhalámbrica.

Esto, para muchos, significa que se podrá controlar la intimidad de cada hogar a través de estos nuevos medidores de las compañías eléctricas.

Y la inquietud aumenta cuando se constata la posibilidad de que el próximo paso en este ámbito podría ser la sustitución de los actuales contadores de agua y gas por otros.

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